El cierre del hotel de El Paular afecta al 20% de la población de Rascafría
Sheraton finaliza su gestión en julio y los empleados temen por sus puestos
La cadena Sheraton dejará de gestionar el hotel situado en el Monasterio de El Paular (Rascafría) el próximo 14 de julio. En esta fecha, finaliza el usufructo concedido por Estado a la orden de los monjes benedictinos, que reside en el impresionante enclave medieval declarado monumento histórico artístico, y con él la concesión a la multinacional hotelera. El establecimiento ya no admite ninguna reserva más allá del 30 de junio.
En las instalaciones trabajan 48 personas, vecinos del valle del Lozoya, sobre todo de la cercana población de Rascafría, que ven peligrar sus puestos de trabajo. Según sus cálculos, si el hotel se cierra afectaría al 20% de la población activa del municipio.
“Aquí está nuestra vida, he dejado mi juventud, me he casado y he criado a mis hijos”, explica Antonio Velasco, cocinero del hotel y portavoz del comité de empresa, que trabaja desde los 19 años en el establecimiento. “El 80% de la plantilla tiene más de 35 años de antigüedad”, aclara. Se quejan de que desde hace meses no reciben ninguna información concreta de cual va a ser su futuro.
Desde el Ministerio de Educación y Cultura aseguran que les preocupa la situación de los trabajadores y que se está estudiando una fórmula, posiblemente con una empresa pública, que permita conjugar los intereses comerciales con los patrimoniales. Se concretaría en una gestión de uso con la congregación benedictina y otra de gestión hostelera. Aunque todavía está sin concretar, aseguran. Según otras fuentes, se está barajando la cesión a una empresa privada nacional o extranjera.
La preocupación se extiende por toda la comarca, dado que es único centro turístico importante en el valle del Lozoya. “No hay ninguno de sus características”, indica Ana García Maseda, alcaldesa de Rascafría, del PSOE. Añade que el establecimiento de cuatro estrellas es el motor económico de la comarca. En el próximo pleno presentarán una moción, en la que se pide que la empresa, sea la que sea, subrogue a los trabajadores actuales.
“Es bochornoso que se haya llegado a este punto”, sostiene Joaquín Sanz, diputado de IU y portavoz de la comisión de empleo. “Son los trabajadores y todos los empleos indirectos que genera”. Pone como ejemplo las bodas que se ofician en el monasterio, y que luego se celebran en el hotel. “Es un desprecio hacia el empleo, el turismo y el patrimonio cultural”, concluye. El director del hotel, Javier Cortés, asegura que la empresa va a abrir un plazo de negociaciones, para el caso de que algún trabajador quiera continuar con ellos.
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