El Ayuntamiento estudia ahora reconstruir la nave que acogía Can Vies
Jaquim Forn: “Los contactos con Can Vies nos dicen que no habrá más disturbios”
Una salida. Éso es lo que busca desesperadamente el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, para cerrar lo que amenaza con ser la peor crisis de su Gobierno. Desde que empezaron los disturbios —ayer se cumplió la primera semana— el Gobierno de Barcelona ha contemplado con impotencia cómo el conflicto generado tras el desalojo del centro social okupado Can Vies se le iba de las manos. El equipo del alcalde tiene claro que solo con la respuesta policial no resolverá el conflicto y que el camino hacia la salida pasa por la negociación. Con tal de convencer a los okupas de que se sienten a dialogar, el primer teniente de alcalde, Joaquim Forn, llegó ayer a asegurar a preguntas de los periodistas que no descartan volver a construir Can Vies: “Estamos dispuestos a hablar de todo”. Eso sí, Forn advirtió que “no habrá ninguna concesión” si sigue la violencia.
El también portavoz municipal aseguró que los contactos con Can Vies ya han empezado. El primer teniente de alcalde explicó que, desde el domingo, se han producido unos primeros contactos con el colectivo okupa, aunque todavía están en “fase muy inicial”. Estos acercamientos —no confirmados por el colectivo— se habrían producido a través de mediadores, según Forn, y permiten asegurar que ya hay un compromiso —aunque frágil— de que no se producirán nuevos altercados: “Nuestros contactos nos dicen que no habrá más disturbios”, dijo Forn.
El colectivo de Can Vies ha intentado evitar los altercados desde el jueves, pero sin mucho éxito: “No podemos controlar la situación social que hace que la gente tenga actitudes violentas contra la policía”, admite Rubén Molina, portavoz del colectivo.
El próximo acto convocado por Can Vies ya no es una cacerolada sino una asamblea abierta que se celebrará mañana para informar del proyecto de reconstrucción: “Está en perfectas condiciones. No corre peligro estructural. Hay debilidad porque hay algunos agujeros, pero no hay peligro”, avanzó Molina, según informa Rebeca Carranco. El colectivo, lejos de rebajar el tono, pidió que “las llamas se extiendan” e hicieron una “llamada a lucha general”.
Los okupas siguen con su intención de levantar ellos mismos el centro social ayudados por la cooperativa de arquitectos La Col, que ya ha revisado el estado de la finca. Los trabajos para derribar Can Vies empezaron el mismo lunes, cuando todavía no había ni terminado el desalojo, denunció el colectivo, pero se ralentizaron después de que la máquina excavadora fuera quemada en las protestas. El pasado viernes, el alcalde ordenó parar el derribo como gesto para lograr que se abriera una negociación. Mientras trata de consolidar los contactos con el colectivo de Can Vies, el alcalde convocó ayer a los presidentes de todos los grupos municipales en el Ayuntamiento con el objetivo de “mantenerles informados permanentemente”.
El encuentro terminó con el compromiso de convocar una Junta de Seguridad con todos los cuerpos policiales esta semana y un pleno extraordinario para debatir la gestión del conflicto de Can Vies. El Pleno se celebrará antes del 27 de junio. Tras salir de la reunión, la mayoría de partidos criticaron que el alcalde “no ha explicado aún su hoja de ruta”, según dijo Jaume Collboni, líder del PSC en Barcelona. El presidente del PP en Barcelona, Alberto Fernández Díaz, pidió al alcalde que se presente como acusación particular contra los detenidos, mientras que el ecosocialista Ricard Gomà expresó su “rechazo al desalojo” de Can Vies. Jordi Portabella (ERC) también reclamó “una hoja de ruta clara”.
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