Punto de inflexión para el sector vasco de la máquina herramienta
Las exportaciones y la inversión suben y el mercado español se recupera
Tres vascos se encuentran en la sala de espera de una multinacional china, en el lejano estado de Kunshan, al este de Pekín, y se dicen unos a otros: “¿Qué hacéis aquí?” La última vez que se habían visto era en una taberna de Elgoibar.
Los tres trabajan en el sector de la máquina herramienta, aunque en empresas competidoras. Habían cogido aviones diferentes, dormido en hoteles cercanos pero de nombres impronunciables y comido sobre la marcha antes de intentar vender a una empresa de China una solución similar para sus necesidades de producción.
Esto que parece el comienzo de un chiste clásico de los socarrones aunque básicos vascos, fríos y cuadriculados alemanes, y flemáticos además de sonrosados ingleses, no es habitual en el presente, pero sí lo ha sido en un pasado bastante cercano. Cada comercial, cada empresa hacía la batalla por su cuenta en el sector de la máquina herramienta, —y en todos los demás— que aglutina en Euskadi al 85% de los fabricantes españoles. “Afortunadamente lo hemos superado”, asegura el presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Máquina Herramienta (AFM), Antxon López Usoz.
La constatación de que ese concepto de la competencia era profundamente perjudicial, la irrupción del cluster y la cultura de la colaboración y de la complementariedad de productos que ha ido calando poco a poco, ha resuelto parcialmente el problema. “Con la dimensión de nuestras empresas estamos yendo a profundizar más en lo que sabemos, en lo que somos especialistas. No vendemos sólo máquinas, vendemos soluciones para hacer cosas, y esa es la clave de nuestro éxito”, dice López Usoz, responsable a su vez de innovación de Danobat Group.
Las empresas vascas del sector se han ganado la confianza de los productores más exigentes en los sectores más competitivos como en la extracción de minerales, automoción, aviación y espacio. Sus piezas y soluciones perforan hasta los quince kilómetros del subsuelo, transportan a millones de pasajeros por todo el mundo y generan energía en las condiciones más exigentes. El escaparate de toda esa industria arranca mañana en Bilbao, en la 28ª edición de la Bienal de Maquina Herramienta.
Mayoría extranjera en la Bienal
El 57% de las empresas participantes en la Bienal de la Máquina Herramienta son extranjeras. La superficie expositiva se repartirá entre las de máquina por arranque (22%), accesorios para máquinas-herramienta (16%), herramientas para máquinas-herramienta (16%), máquinas-herramienta por deformación (10%), otras máquinas y equipos (8%), CAD/CAM metrología y control de calidad (8%), componentes hidráulicos, neumáticos y electrónicos (8%), servicios al taller y a la empresa (5%), manipulación y robótica (5%) y soldadura y oxicorte (2%).
El 44% de las firmas dan soluciones para maquinaria y bienes de equipo, un 40% para la mecanización y transformación de piezas, un 39% para la automoción, un 25% para la aeronáutica, un 17% para la siderurgia e industria general pesada. En menor medida fabrican para el sector energético y ferroviario, entre otros.
Y lo hace en un contexto que permite vislumbrar un punto de inflexión desde el inicio de la crisis en 2008. Cuatro ferias después, en 2014, cuatro pabellones de Bilbao Exhibition Centre (BEC), mostrarán las nuevas soluciones en un escenario prometedor de buen comportamiento de las exportaciones, —récord el pasado año con casi 1.200 millones de los 1.400 de las ventas totales— y del mercado español —las ventas crecieron un 65% aunque cuantitativamente es muy poco porque el mercado estaba hundido—.
El arranque de la feria se produce con expectativas reales de que los contactos que se establezcan entre fabricantes y compradores fructifiquen en el futuro más inmediato en buenas operaciones. Y ante la posibilidad de que el Gobierno central incentive con un plan renove específico, la reposición de máquinas.
La mayoría de las empresas del sector son de mediano y pequeño tamaño lo que les ha llevado a evolucionar desde la confección todas ellas de sus propias máquinas hacia la especialización. “Se ha migrado de la maquina a la aplicación”, y de un desarrollo horizontal de productos, a uno vertical de profundización en la especialización que llega a la diversificación pero como consecuencia de ese proceso.
Danobat, por ejemplo, es líder con el 95% del mercado mundial con una solución que rectifica los álabes (palas aerodinámicas de los reactores de los aviones que empujan y comprimen el aire hacia la cámara de combustión). “Es una máquina que pidió Iberia para el mantenimiento de esas piezas, y el Ministerio de Industria condicionó la ayuda a que fuera una empresa española la que hiciera el desarrollo. Nos pusieron el reto, lo aceptamos, hicimos la maquina y después la hemos seguido sofisticando y cargando de tecnología hasta lograr el liderazgo del mercado mundial”. Para mejorar ese producto compraron una empresa alemana que hacía sistemas de medición por láser que incorporaron en la maquina, y luego otra en Inglaterra que daba servicio a Rolls Royce, relata López Usoz.
Pero el de Danobat es sólo un caso. Es muy típico encontrar en una esquina de Alemania una solución en el sector de la energía nuclear con el sello de Ibarmia, (Azpeitia), o de otras firmas como Goratu, Korta, Fagor o Zayer entre otras muchas que trabajan de forma individual, pero en una red de la que también forman parte los centros tecnológicos vascos y la Fundación de Investigación de Máquina Herramienta (INVEMA). Entre todos han aprendido a que la investigación sea aplicada y empape a todo el sector. “Esa es nuestra realidad, es fácil encontrarse por todo el mundo soluciones o cualquier pieza de gran precisión que se ha hecho en cualquier sitio de Euskadi. Además de tecnología vendemos confianza y eso es lo que compra el cliente, soluciones en las que confían en nuestra forma de hacer, en nuestro conocimiento y en nuestro servicio”, pone en valor López Usoz, pese al tamaño de las empresas del sector.
En la feria de Maquina Herramienta se han instalado un 12% más de expositores, los productos que se exhiben incorporan las últimas tecnologías que compiten a nivel internacional y de primera línea y todos ellos son para hacer piezas muy comprometidas. “Es una apuesta muy seria”, dice el presidente de AFM, “y si eso coincide con que se apuesta por industrializar España el mercado irá muy bien”.
Reindustrialización
En este mundo cambiante las grandes economías están apostando por la reindustrialización y ese hecho también abre nuevas expectativas para el sector de la máquina herramienta.
Si las últimas décadas la panacea estaba en llevar a producir a países en desarrollo por los bajos costes, ahora parece que existe un consenso sobre que el futuro pasa por recuperar la manufactura como una manera de amortiguar las crisis, de sujetar la mano de obra —es el caso de Euskadi frente a economías muy basadas en el ladrillo como España— y de hacer que la economía local y urbana se reactive con consumos mayores al existir clases asalariadas menos volátiles y con mejores sueldos que las del sector servicios.
Alemania está invirtiendo en fabricar, Estados Unidos e Inglaterra, el país de la City también, y ya lo hacen los emergentes que siguen creciendo gracias precisamente a la demanda interna que genera la inversión extranjera.
Si la economía española, como la vasca tuviera un 20% de aporte de la industria al PIB, el país se habría comportado de otra manera, opinan los expertos. Animar la industria es animar además los servicios avanzados a la industria, pero además demandaría máquina herramienta como para darle la vuelta definitivamente al sector. La Bienal va a incorporar este año dos técnicas relativamente novedosas en su espacio expositivo, como son las máquinas de encintado y equipamientos en composites, y los nuevos sistemas de fabricación por adición. Frente a las máquinas de arranque que quitan trozos para moldear la pieza, las de adición lo colocan poco a poco.
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