El dramón de ‘La fuerza del destino’ bajo la luz laberíntica de Hitchcock
La ópera de Verdi abre el Festival del Mediterrani del Palau de les Arts con dirección de Mehta
Alfredo Kraus fue su mentor. Y aún hoy, Gregory Kunde, uno de los tenores más aclamados en la escena actual, enseña a sus alumnos el mejor consejo que le dio el gran cantante canario hace más de un lustro: “Me dijo, cuando yo tenía 25 años, que yo no sería plenamente consciente de qué podría hacer con mi voz hasta que no pasaran otros 25 años. Entonces le pregunté qué podía ser hasta entonces y me respondió que cantar el repertorio que conocía en función de las posibilidades de mi voz, y me dediqué sobre todo al bel canto. A los 52 años confirmé todo lo que me dijo Alfredo. Me di cuenta de que mi voz había empezado a crecer, a hacerse más amplia, más oscura, y de manera natural, sin forzar ni chillar. Entonces decidí abarcar proyectos con repertorios más pesados”.
El tenor estadounidense de 59 años empezó a interpretar, por ejemplo, los grandes personajes verdianos, como el de Don Álvaro, de La fuerza del destino, que estrenará el próximo sábado 31 de mayo en el Palau de les Arts, bajo la dirección de Zubin Mehta. El cambio de registro le procuró un mayor reconocimiento y diversos premios como el de la crítica italiana Franco Abbiati en el 2012 y o el Campoamor español el pasado año por su interpretación del Otello verdiano, también en el coliseo valenciano.
Y ahora se dispone a revalidar su éxito, y aprovecharse de su momento dulce, encarnando a un personaje “simple, honesto, que sólo quiere estar con su mujer, pero que sufre mucho”, el don Alvaro basado en el drama romántico del español Ángel de Saavedra, Duque de Rivas. La fuerza del destino abre el Festival del Mediterrani, cuya programación incluye Turandot, de Puccini, y un concierto con obras de Richard Strauss. No da para más, porque el presupuesto del Palau de les Arts es muy escaso.
"Conozco a Juan Diego desde que empezó. Somos amigos. En las producciones de Rossini, suele haber tres tenores y hasta seis y todos nos apoyamos. Nos llevamos muy bien, hay trabajo para todos. Tenemos hasta un club de amigos en Facebook con nueve tenores Gregory Kunde
Sin embargo, se mantiene la calidad. Bajo la batuta del maestro de Bombay, que dirige la apreciada Orquestra de la Comunitat Valenciana y un reparto artístico encabezado por Kunde, Liudmila Monastirska (como doña Leonora) y Simone Piazzola (don Carlos), el montaje cuenta con una escenografía espectacular de Davide Livermore, de inspiración cinematográfica.
“La terminología del cine proviene del teatro de la ópera, pero ahora el espectador está más acostumbrado al cine. Por eso considero interesante usar el cine para expresar emociones y ayudar a contar la partitura", apunta el emergente director de escena, que supedita su trabajo a la "dramaturgia musical". "Quiero a Verdi casi tanto como a mi padre", afirma a modo de presentación de sus respetos, de su fidelidad hacia las fuentes, pero con licencias artísticas que permitan una lectura más actual o comprensible.
Por ejemplo, la acción del siglo XVIII de la obra española se ha trasladado a los años 40, a las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial. Y tratándose de un "superdramón", apunta Livermores, la escenografía se ha inspirado en las películas italianas de años 40 y 50, "folletines" de emociones desatadas, y sobre todo, en la "laberíntica estructura claustrofóbica" de la película Vértigo, obra maestra de Hitchcock a la que remite directamente el decorado principal de la obra que se podrá ver también los días 5, 10, 14 de junio.
"Livermore presenta ya en el primer acto, todo el drama de la obra, como hizo Verdi en la obertura, con una sinfonía que refleja toda la historia", señala Kunde minutos antes del prensayo general de la ópera, que arranca con la popular obertura que forma parte también del repertorio sinfónico de las orquestas. Tras la pieza, Mehta parece asentir satisfecho y el escaso público, trabajadores de la casa dispersos por la sala, rompe a aplaudir. A pesar de los serios problemas financieros del coliseo, y de la disminución de la plantilla fija hasta poco más de una cincuentena, la joven orquesta sigue sonando muy bien, según la opinión de la crítica, que la sitúa entre las mejores de España.
"Exito inesperado"
También la crítica coloca a Kunde entre los tenores del momento. Él sonríe ante el "éxito inesperado", labrado a través del tiempo. "Empecé mi carrera en 1978 y no se puede decir que sea un éxito de la noche la mañana. Estoy muy contento con la ampliación de mi repertorio y que no se me clasifique", comenta. Como le sucedió a Juan Diego Flores, que pasó del belcantismo a un repertorio más amplio "Conozco a Juan Diego desde que empezó. Somos amigos. En las producciones de bel canto de Rossini, por ejemplo, suele haber tres tenores y hasta seis y nos apoyamos. Nos llevamos muy bien, hay trabajo para todos. Tenemos hasta un club de amigos en Facebook con nueve tenores y hasta podríamos formar un equipo de béisbol", bromea el tenor.
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