La derecha gana en Baleares pero el bipartidismo cae
La izquierda se fragmenta y entran en escena Podemos y los independentistas de ERC
Las votaciones del 25-M provocan desajustes en el mapa electoral tradicional de las islas Baleares aunque no alteran las perspectivas políticas inmediatas porque ascienden partidos que no son parlamentarios. Gana la derecha, el poder establecido, y queda recortado el peso habitual del bipartidismo PP-PSOE (a menos del 50% entre ambos) por la aparición de un tercer espacio en el que compiten en niveles distintos la izquierda alternativa de Podemos, Izquierda Unida y, de manera singular, los independentistas catalanes de ERC. El peso de la oposición es mayor que el del Gobierno.
El Partido Popular alcanzó el 27,46% de los votos, ganando con amplitud a la lista del PSOE, que cosechó un 22,01 %. La diferencia entre ambos grupos es de más de cinco puntos cuando en 2009 la distancia fue de cuatro. Pero ambas formaciones han perdido más de 40.000 votos cada uno, un 15%.
Podemos (sin estructura insular y con apenas un mitin de su líder Pablo Iglesias en la plaza del 15-M en Palma) entra en tercer lugar con un 10,32 %, superando por 4.000 votos al grupo madre de sus líderes, Izquierda Unida, que renace hasta el 8,86%. UPyD es el sexto grupo, con el 6,68%.
Ante la ausencia en las urnas de la opción del PSM-Més —y la extinción por corrupción de Unió Mallorquina (UM)—, la candidatura de Esquerra se situó por primera en este tercer espacio, como quinto partido en liza con el 7,26%, 19.459 votos. Fracasan VOX, Partido X, Primavera, Ciudadanos y Movimiento en Red.
El abstencionismo quedó consolidado negativamente como una tradición, en un alto 63,54%, con un ajuste de décimas sobre 2009. Algo chocante en una de las comunidades de España que, con 1,1 millones de habitantes y diez millones de visitantes alemanes, ingleses, franceses, italianos y franceses, más conexión histórica y económica tiene con la UE.
En el recuento de causas puede señalarse, en relación al PP, un impacto de los escándalos de corrupción. Baleares cuenta con quince excargos políticos de primer nivel del PP y UM en la cárcel y con el exlíder conservador y expresidente Jaume Matas con dos condenas por corrupción. Aún así, cae el PSOE, principal denunciante en la cámara de este hecho.
La mano derecha de Matas, Rosa Estarás, era y seguirá siendo eurodiputada. Estarás fue vicepresidente en el Gobierno balear y ha salido indemne de las causas judiciales abiertas a sus ejecutivos. Ella será la única europarlamentaria balear toda vez que el PSOE marginó de la candidatura a la histórica en Estrasburgo Teresa Riera, mientras que su sucesor, Pere Joan Pons, perdió posiciones, hasta el número 20, y no sale elegido.
Esquerra, Izquierda Unida, PSOE y Podemos recogen apoyos sociales por la dilatada campaña pública y política de acoso directo al PP por el giro de éste sobre la lengua catalana y a favor del trilingüismo y la implantación de la ley de símbolos que veta y multa el uso de la bandera catalana. Estas cuestiones han sido eje y motor del discurso opositor del PSOE y del PSM-Més.
Camisetas verdes
Precisamente, unos cientos de votantes acudieron a las urnas usando el símbolo de la marea verde, la camiseta de la Crida a favor de la enseñanza pública y de calidad. El PP alertó a sus apoderados contra el uso por parte de miembros de las mesas electorales del distintivo de la protesta contra los recortes en la enseñanza y el vuelco lingüístico. Por la mañana hubo una decena de protestas en diferentes pueblos y los presidentes y secretarios de mesa que llevaban esas camisetas fueron invitados a ponérselas del revés por considerarse interferencia propagandística. En un pueblo de Mallorca una votante amenazó con quitársela y quedar desnuda si era obligada a ocultar el color y el símbolo.
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