_
_
_
_

La Asociación Wagneriana premia el “arte total” de Joan Castejón

Villa Aita también resulta galardonada por la recuperación de un órgano romántico inglés

El artista Joan Castejón en una entrevista en 2005.
El artista Joan Castejón en una entrevista en 2005. tania castro

Coincidiendo con el 201 aniversario del nacimiento de Richard Wagner se han dado a conocer los premios anuales que concede la Asociación Wagneriana de Alicante que en está edición ha otorgado el premio a la obra de arte total a Joan Castejón y el premio Richard Wagner a la asociación Villa Atia.

El galardón se le concede al artista por el conjunto de su carrera. "Más de cinco décadas de investigación plástica con el más alto nivel de exigencia estética, con una producción incomparable en el marco de la renovación plástica de postguerra". Según ha informado la asociación en una nota de prensa, Castejón, ha "traspasado y fusionado" fronteras inspirando parte de su obra en textos de diversos escritores. 

Castejón ha diseñado dos esculturas diferentes que a partir de ahora serán los galardones que reciban los premiados, en una ceremonia que se celebrara en el Conservatorio de Alicante el próximo mes de noviembre.

Por otro lado, el premio Richard Wagner se ha concedido a la Asociación Vila Aita por su "arrojo y tesón" para adquirir un órgano romántico inglés: un Henry Willis III. El galardón se entrega a los pianistas Isabel Elvira y Nuno Kawaguchi artífices de la adquisición de este órgano que ahora requiere un espacio para ser montado y crear así un centro cultural.

¿Por qué Wagner?

De Richard Wagner se ha escrito mucho y se sabe poco. Es habitual tropezar con los clichés por doquier, y en el caso de Wagner esto es todavía más manifiesto. Sin embargo, pocos de los que identifican a Wagner con ideas ajenas a Wagner saben o recuerdan que éste fue un denostado luchador por los ideales libertarios del siglo XIX.

Wagner participó activamente en las revoluciones de Dresde, lo que le cosntó el exilio, por estar de parte de la instauración de un régimen constitucional democrático en una Alemania dominada por los vestigios del feudalismo más oscuro.

Pocos recuerdan que fue el gran amigo de filósofos como Feuerbach, que se inspiraba en Schoppenhauer para encontrar sentido al sufrimiento de la Humanidad, y que era el gran defensor y amigo personal de Bakunin, padre del anarquismo. Ese Wagner abierto y turbulento, sufriente y deseoso de una creación sin límites fue un gran artista y un hombre de fortaleza ejemplar en un mundo siempre adverso, y la imagen que nos han legado los totalitarismos deforma desde la manipulación y la ignorancia la auténtica universalidad de este icono de la cultura occidental.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_