La Consejería de Sanidad cesa a cuatro directores de centros de salud
Los responsables gastaron el doble de lo permitido en cubrir suplencias y sustituciones Dos de ellos tuvieron un papel destacado en la 'marea blanca' de protesta contra la privatización
La Consejería de Sanidad destituyó este miércoles a cuatro directores de centros de salud de la capital. Según explicó a EL PAÍS Armando Resino, director general de Recursos Humanos, el motivo es que en 2013 gastaron el doble de lo permitido en el presupuesto para cubrir suplencias y sustituciones del personal de baja. Dos de los directores, Paulino Cubero e Isabel Giráldez, de los centros de Carabanchel General Ricardos y Fátima, respectivamente, tuvieron un papel muy destacado en la marea blanca, la protesta contra los planes de privatización sanitaria del Gobierno regional. Cubero aseguró que el presupuesto ha sido “la excusa” para destituirles. Resino rechazó que la medida sea una represalia.
Cubero fue portavoz de la plataforma de directivos de centros de salud que se plantó con una dimisión masiva en diciembre de 2012, en el momento álgido del conflicto. Giráldez dirigía el primer centro de salud que organizó un encierro para protestar contra las privatizaciones. Su centro y el de Cubero se sumaron a los encierros que ya mantenían casi todos los grandes hospitales madrileños. Los directores de Las Águilas (Montserrat González) y Legazpi (Pilar Gómez) también han sido destituidos.
Resino asegura que estos cuatro son los responsables que más se han desviado sobre el presupuesto asignado. No facilitó datos sobre la desviación media en los 270 centros de salud madrileños, ni precisó por qué son cuatro los destituidos. El jueves un responsable de centro de cada área territorial en la que la Consejería tiene dividida la región hará las funciones de dirección en estos cuatro ambulatorios. Será de forma provisional hasta que se nombre a los nuevos directores, un cargo de libre designación, tal y como recordó Resino.
Los centros de salud firman cada año un contrato-programa con unos objetivos y unos presupuestos máximos. Los recortes en las cuentas sanitarias redujeron a la mínima expresión la partida designada a cubrir suplencias y sustituciones del personal ausente por enfermedad u otros motivos. En el centro de Cubero, según explicó él mismo a EL PAÍS, esta partida se redujo de los 116.000 euros asignados en 2012 a los 22.300 de 2013. Reconoce que gastó 55.000 en sustituir al personal de baja, es decir, más del doble de lo permitido. Sin embargo, es la mitad de lo que tenía disponible el año anterior. “Es un presupuesto ínfimo que solo permite cubrir una de cada diez bajas. Una cifra ridícula".
"Nuestro compromiso es con los pacientes, y ese lo hemos cumplido", aseguró, y explicó que es materialmente imposible cubrir las ausencias con ese presupuesto. Cubero añadió que unos 90 directores de centros de salud se negaron a firmar el contrato-programa de 2013 precisamente porque no podían comprometerse a mantener la actividad con ese gasto tan bajo. "He hablado con otros compañeros que aseguran haber superado el límite aún más, pero a ellos no los han destituido". "Nosotros somos dos piezas de caza que se han cobrado; un toque de atención para los demás", añadió.
"Aquí no se ha hecho ninguna persecución de nadie", respondió Resino a si se trataba de una represalia o de una decisión política. "Ahora estamos en situación de tranquilidad y acabamos de firmar un acuerdo en el ámbito de la atención primaria. Ellos tenían unos objetivos. Me consta que se les ha avisado de forma reiterada de la desviación", añadió.
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