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El gusto burgués por el arte

Una exposición muestra el interés de la familia vizcaína Rochalt por la pintura

El País
Una mujer observa una pintura de Juan José Rochelt en la exposición del Museo de Bellas Artes.
Una mujer observa una pintura de Juan José Rochelt en la exposición del Museo de Bellas Artes. FERNANDO DOMINGO-ALDAMA

Una exposición del Museo de Bellas Artes de Bilbao recoge el interés por el arte, especialmente la pintura, de varios miembros de la familia Rochelt, un apellido relevante en la alta burguesía vizcaína del siglo XIX de ascendencia centroeuropea. La muestra está compuesta por un total de 71 obras de pintura, realizadas por nueve miembros varones de la citada familia, procedente de la región checa de Bohemia y afincada a principios del XIX en Bizkaia.

Los Rochelt, una familia bilbaína vinculada al arte expone obras de artistas aficionados, poco frecuentes en el círculo de museos. Varias generaciones de los Rochelt, enlas últimas décadas del siglo XIX y principios del XX, mantuvieron una estrecha relación con el arte en los ratos libres que les dejaban sus actividades industriales y entablaron amistad y relación con varios de los principales pintores vizcaínos de la época como Guinea, Barroeta, Guiard y Regoyos, entre otros.

Su amistad con estos artistas les llevó a salir juntos al campo a plasmar paisajes y escenas costumbristas de la vida rural del XIX, principalmente, tanto en acuarela como en óleo y dibujos en tinta sobre papel, y a aprender de sus técnicas y visión artística.

Aunque la muestra acoge la obra de nueve pintores de la familia, el núcleo más importante lo constituye el trabajo de cuatro de ellos, todos hermanos: Juan, Ricardo, Gustavo y Juan José Rochelt. Aunque desarrollaron distintas facetas artísticas, la más relevante de ellas fue la pintura.

El comisario, MIkel Lertxundi, ha destacado que, a través de la obra de los Rochelt, también se puede observar el desarrollo del arte vizcaíno en el siglo XIX, ya que, gracias a su amistad con los artistas anteriormente citados, se vieron influenciados por las corrientes pictóricas más actuales que éstos trajeron a Bizkaia.

La contemplación de sus paisajes y escenas costumbristas, de Bizkaia fundamentalmente, pero también de Cantabria, Gipuzkoa y Barcelona, permite al espectador hacerse una idea de como eran algunos lugares antes de que viesen cambiada su fisonomía por el desarrollismo urbano e industrial de la segunda mitad del siglo XX. La exposición se completa con siete cuadros de Anselmo Guinea, Juan de Barroeta, Adolfo Guiard, Dario de Regoyos, Carlos de Haes y Jaime Morera propiedad del Museo bilbaíno que permiten al espectador reconocer la influencia que ejercieron sobre los aficionados Rochelt.

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