Bilbao afea a Confebask por trabar la devolución de las ‘vacaciones fiscales’

Mucha crítica y escasa, aunque este miércoles sí ha habido, autocrítica. La sobremesa de la asamblea de la patronal vizcaína Cebek, se ha transformado en un intenso, pero educado, cruce de acusaciones entre el lehendakari Iñigo Urkullu, la patronal vasca Confebask, el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao y el delegado del Gobierno, Carlos Urquijo. Un postre ligeramente amargo en el que la multa de la UE de 30 millones de euros por las vacaciones fiscales se ha convertido en el arma fatal que poco a poco va hiriendo a unos y otros.

Los directivos que se han reunido en el Euskalduna han asistido a una especia de sainete en el que los cargos públicos se ajustaron las cuentas, pese a que los únicos paganos habían sido los empresarios, —han tenido que devolver 722 millones según los cálculos de Bilbao— que en su día se los ahorraron gracias a una serie de incentivos que a partir de 2001 la justicia europea empezó a considerar ilegales.

Fue el lehendakari quien ha abierto el fuego antes de comer, después de un largo aperitivo, al asegurar que el origen de la multa “está en la falta de diligencia de la defensa del Concierto por parte del Gobierno español de aquellas fechas”. Al frente de aquel Ejecutivo estaba el popular José María Aznar, que en 1996 había sellado un importante acuerdo tributario con el PNV. El delegado del Gobierno, Carlos Urquijo apenas si dio un respingo en su asiento, pero se la guardó. Ha habido que esperar hasta después de la comida para que Bilbao lanzara su andanada contra la patronal Confebask. Primero asumió su responsabilidad —nadie más lo ha hecho— en el proceso que ha terminado con una multa millonaria de la UE que tienen que pagar los ciudadanos vascos, y después ha acusado a la patronal de torpedear el proceso de recuperación de las ayudas cuando ya era irreversible que la UE solo se iba a conformar con el rescate del dinero.

Bilbao, que ha elevado año tras año las expectativas informativas de la asamblea de Cebek —tras los enfrentamientos que mantuvo la anterior legislatura con el lehendakari socialista Patxi López— ha dicho que “nos dolió mucho la crítica de Confebask, una crítica feroz con la acusación de que íbamos a cerrar empresas. Lo quiero decir sin acritud, Miguel Ángel”. Bilbao ha explicado que la patronal se portó mal cuando en el verano de 2011 las diputaciones y el Gobierno vieron que la estrategia foral de defensa a base de recursos no iba a funcionar y empezaron a llamar a las empresas para que devolvieran el dinero. Según ha dicho este miércoles, en vez de arrimar el hombro, cargaron contra el Ejecutivo y las diputaciones.

“El empresariado vasco siempre ha sido respetuoso con las normas fiscales, se ha comprometido con el país, con el empleo y con la inversión y solo dijimos que no nos parecía adecuado devolver las ayudas porque no eramos culpables de unas ayudas que eran legales cuando nos acogimos a ellas”, le ha respondido Lujua, por alusiones. La sala, compuesta por empresarios, aplaudió su intervención.

Pero todavía faltaba el duelo con Urquijo. En medio de los ecos de la bronca entre las diputaciones, el Delegado del Gobierno ha aprovechado una respuesta sobre la formación que no supo responder para explicar que “ha sido el PNV y sus dirigentes quienes tomaron las decisiones en las instituciones”, aunque a renglón seguido precisó que, quizás “toca envainársela”.