Bach e hijos
Carl Philipp Emanuel Bach (1714 – 1788) fue el más destacado hijo del músico
Precedido por diversos extractos de la ópera Giulio Cesare y de la serenata Il Parnasso in festa de Haendel, que ofrecieron a los jóvenes integrantes de la Academia de Interpretación Musical que dirige Jordi Savall la oportunidad de presentarse en público, el cuarto concierto de la Temporada El So Original se centró en el estreno en Barcelona y, probablemente, en España, del oratorio Die Israeliten in der Wüste (Los israelitas en el desierto) de Carl Philipp Emanuel Bach (1714 – 1788) en el año en que se conmemora el tricentenario de su nacimiento.
Carl Philip Emanuel Bach, el más destacado de los diversos hijos músicos del gran Johann Sebastian, fue un compositor que gozó en vida de gran fama hasta el extremo de que, dicen, cuando murió Johann Sebastian las crónicas de la época hablaban de la muerte del padre, también músico, del celebre compositor Carl Philipp Emanuel Bach.
Relegado hoy a un relativo segundo plano por la justa preeminencia universal y deslumbrante de su genial progenitor, Carl Philipp Emanuel es una figura clave del estilo Empfindsamkeit, el período que enlaza la última generación barroca con el naciente clasicismo.
JORDI SAVALL
La Capella Reial de Catalunya.
Le Concert des Nations. Maria Cristina Kiehr, soprano. Hanna Bayodi-Hirt, soprano. Nicholas Mulroy, tenor. Stephan MacLeod, bajo. Jordi Savall, dirección. Obras de Haendel y Carl Philipp Emanuel Bach. Temporada de conciertos El So Original. Auditori. Sala Pau Casals.Barcelona, 7 de mayo.
Los israelitas en el desierto, una importante obra de madurez, recibió una interpretación globalmente más que satisfactoria. Apoyado en la solvencia del soporte instrumental que proporcionaba Le Concert des Nations y en la calidad vocal de La Capella Reial de Catalunya, Savall practico una dirección de respiración ancha, sosegada, con un fraseo redondo muy adecuado. Tratándose de una obra de larga duración, una mayor amplitud dinámica y una gama de tempi más variada y contrastante habrían vivificado una interpretación que, en algunos momentos, se amuermó. En los solistas vocales destacaron por belleza del instrumento y por entrega expresiva la soprano Hanna Bayodi-Hirt y el bajo Stephan MacLeod; la soprano María Cristina Kiehr fue de menos a más y acabó bien y resultó claramente insuficiente en todos los aspectos el tenor Nicholas Mulroy.
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