Mercedes Salisachs, decana de las letras españolas
La multipremiada escritora catalana, autora de 'La gangrena', destacó como cronista literaria de la burguesía
Mercedes Salisachs ha tenido muchos lectores y moderada atención crítica. Ella lamentaba, discreta, resignadamente, que muchos la considerasen “una señora que escribe”, que sus obras hayan sufrido “un largo y descorazonador silencio. No obstante, no me he sentido ofendida, solo ignorada”. Claro que era difícil cuando uno la conocía no ser dominado en primer lugar por la sensación de encontrarse ante una “señora” —en el sentido de mujer acaudalada y en el de persona extremadamente refinada—. Vivía en un piso espléndido en el centro, atendida por un nutrido y uniformado servicio doméstico. Al margen de su afectuosa vida familiar, su pasión e ilusión a los noventa años seguía siendo la misma: escribir ficciones y que se hablase de sus libros. Trabajó cada día hasta que los estragos de una enfermedad degenerativa y los dolores físicos se lo impidieron. Falleció el pasado jueves a la edad de 97 años en una clínica de Barcelona, ciudad en la que había nacido en 1916. Autora muy popular, escribió cerca de cuarenta novelas y libros de relatos y ganó una veintena de premios. El que le dio más fama fue el Planeta de Novela del año 1975 por La gangrena, fruto de un drama personal, el prematuro fallecimiento de uno de sus cinco hijos, Miguel, en 1958, a los 21 años.
Hija de un industrial barcelonés, estudió peritaje mercantil en la Escuela de Comercio. Tuvo cinco hijos. Sintió desde niña la vocación de escritora. Después de la guerra, que pasó con su familia refugiada en San Sebastián, publicó San Marcial, 42 y otras novelas de juventud de las que luego se declaró insatisfecha y suprimió de su currículo. Para mejorar el resultado de sus esfuerzos literarios buscó apoyo y encontró el magisterio de Julia Abril del Corral, esposa del corrector de Editorial Juventud: “Él me dijo: ‘Su libro es importante, pero tiene defectos. Véngase usted a mi casa, que mi mujer entiende mucho de literatura y le ayudará a pulirlos’. Y estuve cuatro o cinco años yendo a su casa y aprendiendo de ella (…) Esto lo hice cada tarde durante varios años.” El primer resultado satisfactorio de aquel magisterio que 70 años después aún recordaba con gratitud fue la novela Primera mañana, última mañana, que le llevó seis años de trabajo perseverante. Seguirían otros 40 libros.
Su última novela, El caudal de las noches vacías, del año pasado, parte de las acendradas convicciones religiosas de la autora y relata la relación, lleno de dudas morales y angustias, entre un sacerdote culto, de profunda vocación, y una acaudalada mujer de 40 años, madre de un hijo adolescente. La anterior, Goodbye, España (2009), es una novela histórica y se centra en la vida de la reina Victoria Eugenia, esposa de Alfonso XIII. Entre la sombra y la luz (2007) cuenta los esfuerzos de un prestigioso cirujano fallecido en un accidente, y ahora peregrino por el “valle de los perdidos” (especie de limbo por donde deambulan las almas que, como la suya, no merecen del todo alcanzar el cielo), por recuperar el amor de su viuda, que podría redimirle y conducirle al descanso definitivo. También Mercedes Salisachs se decía, desde hace tiempo, “preparada” para despedirse de familiares, amigos y lectores.
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