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Narraciones mágicas y música en el Muvim por los niños de Ruanda

10 cuentacuentos relatan en el museo cuentos escritos por niños africanos e ilustrados por valencianos que acabarán en un libro

Ilustración elaborada por niños valencianos sobre cuentos de infantes ruandeses.
Ilustración elaborada por niños valencianos sobre cuentos de infantes ruandeses.

"Devolved los corazones que no os pertenezcan”. Así empieza la historia de un error que explica por qué algunas personas se comportan como animales, mientras que algunos animales demuestran grandes rasgos de humanidad en su forma de vivir…

Este es uno de los muchos cuentos que el próximo domingo, 11 de mayo, a partir de las 12 de la mañana, llenarán de magia y música el salón de actos del Museu Valencià de la Il.lustració i la Modernitat (Muvim). "Historias fantásticas escritas por niños ruandeses a las que pondrán voz 10 de los mejores cuentacuentos valencianos, de la mano del proyecto Amakuru", apunta la nota de prensa de los promotores.

El objetivo de este proyecto es conseguir fondos para garantizar la escolarización de los alumnos de secundaria de Twirerere Murambi, del distrito de Gatsibo, en Ruanda. Cuenta con el apoyo de alumnos del Liceo Hispano, Escola Gavina, IES Marhuenda Prats, IES San Fulgencio, CEIP Virgen de la Puerta y CEIP Sagrados Corazones, quienes han ilustrado las historias escritas por los niños ruandeses. Este trabajo conjunto -Ruanda escribe, Valencia ilustra y colabora- se materializará en la publicación de un libro de cuentos que pronto verá la luz para dar sostenibilidad a la ayuda.

El proyecto Amakuru nació hace dos años con el impulso de voluntarios no adscritos a organizaciones, algunos de los cuales han trabajado en o para Ruanda antes, durante y después de la guerra, en colaboración con la Asociación de Padres, Madres y Alumnos de Secundaria de Twirerere Murambi, cellule Murambi, secteur Murambi, district de Gatsibo, province de l´Est, y miembros de Vita et Pax, instituto secular que trabaja en Ruanda en el campo educativo y sociosanitario desde hace más de 30 años.

"Amakuru avanzó dinero para las matrículas del año escolar 2012, y para la compra de animales domésticos, liberando así a los niños de su trabajo en el campo y permitiéndoles ir a la escuela. A cambio se les pidió que enviaran cuentos escritos por ellos para realizar un trabajo común que permita acercar dos mundos, dar a conocer las diferentes realidades sociales y sensibilizar de las injustas diferencias que perpetúan las barreras que impiden el acceso al conocimiento, uno de los derechos humanos más fundamentales", añade la nota.

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