Federalismo y revisión del Estatuto, apuestas de autogobierno del PSE
Los socialistas esperan que el PNV “mueva ficha” en un debate que relegan porque “el paro es primero”
“El PSE-EE siempre ha estado a remolque del nacionalismo en el debate sobre el modelo de autogobierno porque carece de uno propio”. Así lo entiende Alberto López Basaguren, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad del País Vasco y colaborador en el empeño socialista de propiciar un cambio de gobierno en Euskadi tras el fracaso del denominado plan Ibarretxe. Crítico con las apuestas soberanistas y decidido partidario de la opción federalista, admite que “no satisface las expectativas nacionalistas” pero “sería suficiente” para la “mayor parte” de la sociedad.
El PSE-EE ve subir en Euskadi la marea del debate político y mediático sobre el modelo de autogobierno, atizada especialmente, de un lado, por la creación de una ponencia en el Parlamento vasco donde el PNV ha inscrustado su novedoso concepto del nuevo estutus, y, de otro lado, por los aires procedentes de la aspiración independentista de Cataluña y Escocia. Pero los socialistas vascos descartan que puedan sufrir una grieta interna similar a la sangría que persigue a sus compañeros del PSC. “El partido tiene interiorizada la vacuna que supuso el plan Ibarretxe y eso supuso un rearme ideológico y responderá en su momento porque sabe que ahora no toca”, asegura un portavoz de los socialistas vascos.
Con todo, el debate soberanista bajo la proclama del derecho a decidir se ha colado irremediablemente en la agenda política, también en Euskadi, aunque desagrada de manera especial a los partidos constitucionalistas que sitúan la prioridad social en la situación económica. “El PNV tendría que saber lo que piensa la calle como reflejan todas las encuestas y todos los sociómetros. El debate del autogobierno está muy por detrás del paro, de la situación económica, de las soluciones a la crisis”, subraya esta misma fuente.
“Aquí no se producirá la situación de Cataluña porque la sociedad ya lo vivió con Ibarretxe"
Pero la proximidad del referéndum escocés y los capítulos interminables del pulso catalán irradian un efecto mimético hacia Euskadi. De momento, la ponencia de autogobierno surge a modo de catalizador. “Habrá que esperar a que el PNV mueva ficha porque hasta ahora no sabemos qué quiere”, dicen en el PSE-EE. Su alta dirección, no obstante, “está convencida” de que el nacionalismo vasco “no va a apretar el acelerador” en las demandas soberanistas marcando distancia en el fondo y en la forma con la izquierda abertzale y se refugiará en la imagen, creen, “de amagar y no dar, mirando a la galería”, añaden.
Quizá este clima de confianza sobre la prudencia del PNV explique la tranquilidad del PSE-EE sobre los efectos políticos que le podría acarrear una intensificación de este debate en los próximos meses. De hecho, ni siquiera la irrupción de Gemma Zabaleta, exconsejera del Gobierno vasco de Patxi López, en favor del derecho a decidir y partidaria de la cadena humana promovida por Gure Eusku Dago a modo de la multitudinaria expresión callejera vivida en Cataluña, han alterado el pulso en la dirección socialista. “No va más allá porque no hay seguidores dentro del partido”, dicen desde la dirección del PSE-EE. Para López Basaguren, se trata de la “expresión radical” de una posición conocida en un sector del socialismo partidario de entenderse con el nacionalismo y que en su lado “más moderado han venido representando Txiki Benegas o Ramón Jáuregui”, añade.
Incluso, un veterano dirigente con varios cargos públicos en su larga trayectoria sostiene que “tal y como está el partido, no hay lugar para ese debate interno donde la afiliación está apiñada en torno al criterio de los tres secretarios generales y estos no van a entrar en ello”, aunque en su análisis de situación tiene claro que “de una vez por todas habría que decir a la sociedad este es nuestro modelo basado en la revisión del Estatuto de Gernika y en la defensa de nuestros derechos históricos y entrar a confrontarlo de una vez con el nacionalismo sin miedo”.
Zabaleta, situada en un reducido sector del PSE-EE sensible a valorar determinadas reivindicaciones de la órbita abertzale, sitúa su posición favorable al derecho a decidir dentro de la expresión democrática que supone. “Quizá si preguntamos, sabremos el dimensionamiento y la naturaleza de los llamados conflictos territoriales. Tal vez no sean necesarias muchas reformas”, subraya. Para Zabaleta, si se va a afrontar una reforma de tanto calado como la constitucional es “porque se detecta la existencia de problemas sobre todo en lo que se refiere al título VIII de la Constitución”.
López Basaguren ni lo contempla. “En las democracias liberales no existe un derecho a la secesión. Como estableció el Tribunal Supremo (TS) de Canadá, ni el derecho internacional ni el derecho interno amparan un derecho similar”. En el PSE-EE creen que “Zabaleta no ha visto que la apuesta por el derecho a decidir no es una cuestión para posicionarse sobre cuestiones de interés social sino que es un eufemismo para hablar de independencia”. En cambio, López Basaguren sí coincide con Zabaleta en la apuesta federalista que debería hacer el PSE.
Por ahí se entra a las alternativas que maneja el socialismo vasco para acompasar su posición en el ineludible debate del autogobierno que asoma. “Ya hubo una declaración muy clara el pasado año en Granada en favor de reformar la Constitución de manera que se avance hacia un Estado federal y se blinden los servicios básicos a través de un mínimo constitucional en sanidad, educación o pensiones igual para todos”, recuerda un dirigente del PSOE.
Pero López Basaguren mantiene que el PSE-EE “no ha interiorizado” la vía de la apuesta federal como modelo propio, aunque destaca que “Patxi López sí lo ha hecho porque es partidario de profundizar en esta idea, pero el conjunto, no”. Y asocia este retrato obedece al eterno condicionante del socialismo de “estar siempre a espensas del nacionalismo”. Sobre esta premisa, está convencido de que en el PSE imaginan que una solución federal a futuro “no dejaría satisfechos a los nacionalistas y podría acabar en fracaso”. Pero este catedrático sostiene que es “la única vía” para “una posible solución suficiente” a las demandas de Cataluña y Euskadi que tiene su propia diversidad”.
No obstante, con la ponencia de autogobierno como referencia inmediata, en el PSE-EE toma cuerpo abiertamente la idea de proyectar una revisión “lo más ambiciosa” del Estatuto de Gernika. “Hay que poner en valor lo que ha supuesto el Estatuto y ver lo que debemos retocar”, destaca un portavoz al ser preguntado sobre la pauta que seguirá su partido. Más aún, un exdiputado socialista recuerda que “no hay región en el mundo con unas cuotas de autogibierno como las que disponemos en Euskadi gracias al Estatuto y es lo que tenemos que considerar como modelo superando todas las imperfecciones que pueda tener”, proclama. El propio lehendakari, Iñigo Urkullu, se ha mostrado partidario de comenzar en la ponencia por esta lectura crítica del Estatuto.
Desde la óptica de Zabaleta, la posición socialista ante el autogibierno debería ir encaminada a “afrontar su desarrollo y su mejora dentro de lo que puede ser la revisión de todo el corpus jurídico, la ley de Territorios Historicos para evitar duplicidades, y hacer mas eficiente el entramado institucional vasco”.
Así las cosas, el PSE-EE espera “tranquilo” los efectos colaterales de un debate que no le agrada y cuya posición nada entusiasta niega que esté relacionada con la posibilidad de que Patxi López vaya a concurrir a las primarias del PSOE. “No existe ninguna inquietud por el derecho a decidir ni por el autogobierno y nuestra postura es de pura responsabilidad porque nos preocupa más la reactivación económica y vemos que es algo que le interesa al Gobierno vasco para marcar agenda y que así lo siguen los medios”, aseguran en la dirección socialista.
Ante el posible riesgo que supondría para el PSE-EE no disponer de un nítido mensaje sobre el autogobierno en el marco de una mayoría nacionalista, sus responsables advierten de que “aquí no se producirá la situación de Cataluña porque la sociedad ya lo vivió con el plan Ibarretxe y sabe lo que significa”.
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