Loa al rigor tras la tragedia de Angrois

Equilibrar la balanza entre la información y el respeto en un accidente con decenas de fallecidos. Informar con rigor y objetividad a través de un documentado trabajo de investigación de una gran calidad estilística. Analizar las consecuencias de forma crítica y reflexiva, abordando los hechos desde todos los frentes. Tratar al lector con respeto, permitiéndole sacar sus propias conclusiones. No es fácil contar una tragedia, pero el jurado del premio Xosé Aurelio Carracedo acaba de recocer en estos términos el trabajo del periodista de EL PAÍS, David Reinero, sobre el accidente de tren de Santiago de Compostela en la víspera del Día Nacional de Galicia de 2013. Su libro “Angrois. O AVE en anacos” recopila la información publicada durante los últimos meses y en el Día Mundial de la Libertad de Prensa, el autor ha recogido el galardón defendiendo el indispensable papel de los informadores en los medios de comunicación.

“Hay quien piensa que las noticias crecen gratis en Google y que los periodistas no necesitamos comer”, afirmó Reinero durante el acto de entrega del premio. El periodista pontevedrés defiende la información meditada y reflexiva: “En realidad no es un libro; es un reportaje largo y demorado en el que caben más cosas que las del día a día, sin perder de vista el periodismo”. Y al igual que el fallo del jurado, advierte del peligro de pretender hacer periodismo veraz a golpe de red social. Así, explica que “en el día a día todos cometemos errores, pero este tipo de trabajo con una dedicación a un mismo tema durante tantos meses, te permite ir corrigiéndolos”.

Ante una noticia tan sensible, también consiguió esquivar las trabas emanadas desde algún despacho. El periodista afirma que “la información siempre se acaba filtrando de una u otra forma, pero realmente el problema recae en la fragmentada estructura de Renfe o Adif en la que se pierde información y no tanto en las personas”. Asimismo destaca la actuación transparente del juez encargado de la investigación, ya que consideró pública “una información que realmente tiene un interés para cualquier ciudadano”. Reinero llegó a la fatídica curva de Angrois a la media hora del descarrilamiento del Alvia y de su trabajo durante estos nueve meses se lleva como principal aprendizaje el deseo de no tener que volver a escribir sobre un suceso así.

Desde hace un cuarto de siglo, el premio Xosé Aurelio Carracedo de la Diputación de Ourense, galardona trabajos periodísticos publicados en medios gallegos o referidos a Galicia. “Se le reconoce su buen hacer en el análisis de la tragedia ferroviaria de Angrois y no es fácil conseguir algo así con un tema tan delicado”, asegura Miguel Jiménez Carracedo, sobrino del reconocido periodista de La Voz de Galicia fallecido en un accidente de tráfico. Él también cree que el periodismo actual debe echar el freno para reflexionar más: “Estamos viviendo un tiempo en el que la noticia corre tanto por internet que puede mermar la veracidad. Carracedo siempre decía que había que pensar dos veces las cosas y tenía razón”. El presidente de la Diputación de Ourense defendió que “solo hay buen gobierno cuando los periodistas tienen libertad para examinar a los políticos”. Manuel Baltar elogió el trabajo de Reinero y de los periodistas en general recordando la grave crisis laboral que rodea a la profesión, con un desbocado incremento de parados durante el último lustro. “Entre gobierno sin periodistas y periodistas sin gobierno, prefiero lo segundo sin duda”, afirmó.

David Reinero (Nigrán, 1979), licenciado en periodismo y máster en Relaciones Internacionales y Comunicación, está especializado en información sobre política e infraestructuras. Trabaja para EL PAÍS tras pasar por Xornal de Galicia, el departamento de comunicación de la Consellería de Política Territorial de la Xunta de Galicia y Atlántico Diario. También ha colaborado con el Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional o con el Instituto de Estudos Miñoranos. Su libro “Angrois. O AVE en anacos” ha sido editado por Praza Pública.