PNV y EH Bildu se enzarzan en los debates previos sobre el nuevo estatus

Lentamente, la ponencia de autogobierno sigue su curso. Este miércoles, los grupos han puesto en común los nombres de los comparecientes que han solicitado, un total de 34 -con tres pendientes- y se han dado una semana más de plazo para que partidos como el PSE y UPyD planteen peticiones de informes, algo que el resto ya ha hecho hoy. La ponencia, que en su primera fase debe ser pública, ha vuelto a celebrarse a puerta cerrada, una duración de 40 minutos que ha estado seguida por la comparecencia, por espacio de cerca de dos horas, de cada portavoz ante los medios de comunicación.

En esta ronda de declaraciones, ha quedado clara la dificultad de los partidos nacionalistas para ponerse de acuerdo. EH Bildu ha alzado la voz para criticar al lehendakari, Iñigo Urkullu, que ayer propuso a los partidos que se centren en analizar la situación del Estatuto y lo que han hecho para cumplirlo, dejando fuera de esa primera parte cuestiones como el derecho a decidir. También UPyD ha criticado que Urkullu aconseje a los partidos cómo trabajar. Laura Mintegi ha asegurado que las declaraciones de Urkullu fueron "lamentables y penosas" porque a su juicio dijo "de una manera subliminal lo mismo que el PP, que el hecho de que se profundice en el autogobierno debilita la cohesión social". La portavoz insistió en que el PNV "deja de lado" a su coalición y busca "compañeros para un viaje que no sabe dónde termina".

Y el PNV ha cargado contra la coalición abertzale por dejarle a solas ayer en la Junta de Portavoces, donde Joseba Egibar fue el único que defendió el nombre que los servicios de la Cámara han dado a la ponencia de autogobierno, con la coletilla de actualizar la "voluntad del pueblo vasco". Ahora, y con el apoyo de EH Bildu, se denominará ponencia de autogobierno a secas. Egibar ha resaltado su "decepción" con la coalición, porque "presenta iniciativas parlamentarias que no tienen la orientación de buscar un acuerdo con el PNV, sino la de debilitar" a ese mismo partido.

El portavoz peneuvista ha señalado, sobre la posibilidad de sacar el derecho a decidir del debate inicial, que "todos los temas van a estar presentes" y "no hay límites", y ha puesto como ejemplo que el PP ha pedido al Gobierno central un informe sobre el coste de la independencia para Euskadi. El PNV ha solicitado otro tipo de análisis al Ejecutivo vasco, con el que se establezca la evaluación de los "negativos efectos económicos y sociales que provocan a la sociedad vasca tanto el incumplimiento del Estatuto como las leyes orgánicas promulgadas y las sentencias del Tribunal Constitucional que afectan al autogobierno vasco". Los jeltzales también han pedido cuantificar las relaciones entre el Gobierno central y el vasco, mientras el PP reclama a Madrid un análisis económico de la sostenibilidad de un sistema de pensiones vasco y otro sobre el nivel de autogobierno de otras regiones europeas.

EH Bildu, por su parte, ha solicitado al Ejecutivo de Urkullu un informe sobre cómo afecta al euskera el actual nivel de autogobierno y otros dos informes sobre las relaciones entre los territorios de la comunidad autónoma con el resto de Euskal Herria, así como las relaciones institucionales que existe entre Euskadi, Navarra e Iparralde.

Entre medias, el PSE ha cargado con dureza contra el lehendakari y su política económica y le ha emplazado a ejecutar las medidas y activar iniciativas de choque contra el desempleo.

Solo UPyD ha rechazado la solicitud de comparecencia de Arnaldo Otegi, solicitada por EH Bildu y que ahora pasa a formar parte de las personas a las que el Parlamento llamará a la ponencia. Su comparecencia será gestionada con Instituciones Penitenciarias por parte de la coordinadora de la ponencia, la jeltzale Jone Berriozabal, y la Mesa de la Cámara. Maneiro ha ratificado las críticas de Covite, que ayer aseguró que la solicitud atenta contra la dignidad de las víctimas. El PP ha considerado "absolutamente innecesaria" su presencia, pero ha destacado que la ponencia acordó no vetar propuestas de los grupos. Según el portavoz popular, Borja Sémper, la previsible negativa de Instituciones Penitenciarias será una oportunidad  de la izquierda abertzale de presentar a Otegi como su "Mandela blanco y un mártir".