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“Soldados al servicio de la cultura”

Guerreros íberos y medievales, ‘miquelets’, milicianos, brigadistas y maquis arropan la presentación de un libro sobre uniformes militares catalanes

Jacinto Antón
Miembros de asociaciones de reconstrucción histórica ataviados de militares, ayer.
Miembros de asociaciones de reconstrucción histórica ataviados de militares, ayer.gianluca battista

Los dos guerreros medievales en armadura la emprendieron a mandobles en plena calle. La virulencia del combate y su fragor provocaron que el público se echara atrás alarmado. Los paladines continuaron pegándose entusiásticamente hasta que cayeron al suelo entrelazados con un estrépito de metales rotos. Pocas presentaciones de libros habrán tenido un preludio tan contundente. “¿No tendrían que luchar contra un dragón?”, preguntaba un niño.

Los voluntariosos caballeros eran solo una parte de la impresionante fuerza desplegada ayer, víspera de Sant Jordi, en el Museo de Historia de Cataluña (MHC), en el Palau de Mar de Barcelona, con motivo de la presentación de Soldats, guerrers i combatents dels països catalans (Rafael Dalmau Editor), un libro de Francesc Riart y Xavier Hernández que pasa revista (y valga la expresión) a la vestimenta militar en los territorios que hoy son Cataluña (y alrededores) a lo largo de la historia. El volumen, una preciosidad, una auténtica virguería, resultado de un minucioso trabajo de documentación, recoge en 200 láminas y 1.500 dibujos indumentarias de combatientes desde la prehistoria hasta el siglo XXI. Como ilustración viva del tema del libro Riart y Hernández se trajeron a una treintena de miembros de diferentes asociaciones de reconstrucción histórica ataviados de la manera más variopinta, siempre militar, por supuesto. Había ahí desde íberos con falcata a un soldado de la Nueve, la División Leclerc que luchó contra los nazis, con muchos republicanos españoles entre sus filas, pasando por miembros de la Coronela, miquelets, fusileros napoleónicos, una miliciana, tropas republicanas de la Batalla del Ebro, y un perdido sargento colonial de la guerra de Cuba, con sombrero de paja.

Tomando el mando, y tras la exhibición en la calle, Hernández (que los bautizó como “soldados al servicio de la cultura”) los hizo desfilar a todos hacia la sala de actos del museo, en la cuarta planta, y fue cosa de verse todos aquellos hombres de guerra, entonando sus gritos de batalla, subir la rampa armados con lanzas, mazas, rifles o metralleta Sten.

Lucha medieval en la presentación del libro sobre uniformes catalanes.Vídeo: jacinto antón

En el acto de presentación, rodeados de tropa, los autores destacaron la minuciosidad de su trabajo y se desmarcaron de cualquier veleidad militarista. “Esto es historia y conocimiento del pasado”, recalcaron.

La selección de militares del libro, extensísima, presenta algún detalle discutible, como no incluir en el ámbito de la Guerra Civil a soldados catalanes del bando franquista (uno echa a faltar a los chicos del Tercio de Nuestra Señora de Montserrat). Tampoco aparece en la sección dedicada a la II Guerra Mundial ningún catalán de la División Azul, que haberlos los hubo (mi tío abuelo, sin ir más lejos). En cambio se incluye al 24º regimiento de tiradores senegaleses aduciendo que entre su oficialidad había catalanes y que la unidad había estado radicada en Perpiñán. Una lámina también sorprendente es la de los “catalanes en la Primera Guerra Mundial”. Otra lámina, “Temps de mili (1955-2000)” presenta soldados de unidades como la Compañía de Operaciones Especiales del regimiento de infantería Palma 27 o un esquiador de Viella. “Contra el franquisme i el seus hereus (1962-1991)” incluye un militante del MIL con metralleta, una manifestante en minifalda (!) lanzando piedras a la policía (1973) o un activista de los ochenta con tirachinas. Las actuales unidades especiales de los mossos y las fuerzas de seguridad andorranas cuentan con láminas propias.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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