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‘Echevarriatik Etxeberriara’, retrato de la izquierda ‘abertzale’

Ander Iriarte presenta el documental realizado en Oiartzun desde dentro del movimiento

Rufi Etxeberria en un fotograma del documental 'Echevarriatik Etxeberriara'.
Rufi Etxeberria en un fotograma del documental 'Echevarriatik Etxeberriara'.

El Festival de Cine y Derechos Humanos de San Sebastián estrenará este martes Echevarriatik Etxeberriara, un documental de Ander Iriarte que, de mano de la gente de su pueblo, Oiartzun, trata de mostrar que la izquierda abertzale es un movimiento complejo y no monolítico. El título es una metáfora de la distancia que separa el asesinato en 1975 del alcalde franquista de Oiartzun Antonio Echevarría y la renuncia a la violencia por parte de la izquierda abertzale, que el dirigente de la izquierda abertzale Rufi Etxeberria, nacido en ese pueblo guipuzcoano, hizo oficial 35 años después.

Del primero poco se habla en este filme, producido por la Escuela de Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña (ESCAC) y subtitulado Crónicas de un pueblo que ha vivido con la violencia, en el que Rufi Etxeberria acapara gran protagonismo como parte de un relato construido desde la "subjetividad" de un director que se reconoce de la izquierda abertzale. Él mismo se sitúa como narrador del documental, una forma de eludir "muchos problemas" y de que le acusen de "imparcial". "Me evito que me tilden de manipulador y es una manera también de proteger a todos los que he entrevistado, a los que me han ayudado a construir mi realidad", ha explicado Iriarte.

El realizador, licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona y graduado por la ESCAC, ha confeccionado su filme sobre las tesis ideológicas de la izquierda abertzale, que apuntalan testimonios de personas de este mundo, desde las que han militado en ETA y han estado en la cárcel (no se explicitan los delitos), como Ixiar Galardi, a quienes no le vieron ningún sentido a la violencia y acabaron en las filas de Aralar, como Joseba Errekalde.

También tiene voz el exconcejal de EA José María Mitxelena, que cuenta que ha sido la única persona de Oiartzun a la que, tras colocarle un gato negro muerto en la puerta de su casa, después no ha sido asesinado por ETA, así como el antropólogo Joseba Zulaika y el profesor de la UPV Lugder Mees.

Faltan testimonios de los jóvenes de la exBatasuna porque Iriarte no ha conseguido que colaboraran. Se pregunta las razones y la respuesta la da Rufi Etxeberria, quien dice que tienen "miedo a la represión", argumento que ha refrendado el realizador en la rueda de prensa de presentación del documental, en la que ha dicho que los jóvenes "miden" sus palabras porque no desean arriesgarse "a unas consecuencias legales y políticas". Con esos testimonios va mostrando la realidad de una parte de este pueblo mayoritariamente "de izquierdas y abertzale", pero que no funciona como un bloque, donde también se dan relaciones encontradas aun compartiendo la misma ideología, como la ruptura que Galardi y Errekalde vivieron cuando éste decidió unirse a Aralar.

Oiartzun es un pueblo donde los presos de ETA están omnipresentes, donde se les recuerda incluso antes del comienzo de los partidos de fútbol, donde las banderolas que reclaman sus traslado a Euskadi cuelgan de las redes de las porterías, pero donde no hay nada que recuerde que tuvo un alcalde que fue asesinado cuando tenía poco más de 30 años. Su actual alcaldesa, Aiora Pérez de San Román, no responde a la primera cuando Iriarte le pregunta si algún día será posible un gesto hacia esa víctima. "Menuda pregunta", dice. Y luego añade: "Al final se reconocerá a todos. Tendríamos que llegar a eso para resolver el conflicto". El deseo de Iriarte es ese, que "ojalá" algún día una placa recuerde a Echevarría. Lo dice tras asegurar que su pretensión con este documental no ha sido justificar la trayectoria de la izquierda abertzale.

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