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El Instituto Catalán de Finanzas reduce el peso del sector público hasta el 20%

El 'banco público' de la Generalitat continúa con los trámites para pedir la ficha bancaria en 2015 La entidad financió a 1.200 firmas, sobre todo pymes, con 620 millones el año pasado Sanromà sigue sin ver una reactivación de la demanda de crédito por parte de las empresas

Lluís Pellicer

El equipo que asumió en 2011 la gestión del Instituto Catalán de Finanzas (ICF), el banco público de la Generalitat, da por completado uno de sus principales retos. El consejero delegado de la institución financiera, Josep Ramon Sanromà, explicó que el sector público ha pasado de pesar el 40% al 20% de su cartera de inversión, en línea a lo "estándar en el conjunto de las entidades financieras". El gran peso del crédito público en el balance del ICF, sobre todo correspondiente a la sociedad ICF Equipaments, puso en peligro en 2011 la independencia de la entidad, puesto que la Comisión Europea planteó que esta debía consolidar dentro del sector público catalán. Eso hubiera supuesto que la Generalitat debería haber asumido una deuda de cerca de 3.500 millones de euros.

Las perspectivas del ICF hoy son completamente distintas. La entidad está trabajando en la consecución de una ficha bancaria para actuar como entidad de crédito, dando cumplimiento a los acuerdos entre CiU y ERC para dar estabilidad al Ejecutivo de Artur Mas. En las próximas semanas, ha anunciado Sanromà, el ICF "se incorporará en la Asociación de Bancos Públicos Europeos" y sigue realizando modificaciones para "facilitar su proceso de transformación" adaptando procedimientos, normativa y operativa, configurando un nuevo sistema de gobernanza e incorporando nuevos profesionales.

Sanromà ha explicado que de momento el proceso se halla parado porque el Banco de España se halla pendiente de un nuevo reglamento de autorizaciones. El arranque de la Unión Bancaria, según Sanromà, podría despejar el panorama, por lo que la entidad espera poder solicitar la ficha bancaria el próximo 2015. A pesar de que cuando la reciba podrá incluso captar depósitos para financiarse, el consejero delegado del ICF prácticamente lo descarta y planea seguir financiándose fundamentalmente a través de su actividad, con operaciones bilaterales con entidades financieras y con emisiones y colocaciones en los mercados de capital.

El ICF ha presentado esta mañana los números del año pasado y sus objetivos para 2014. El año pasado la entidad financió a 1.200 empresas por un importe global de 620 millones de euros. El 98% de ese monto fue a parar a pequeñas y medianas empresas. El 50% de esos préstamos ha ido a financiar inversiones y circulante, mientras que la otra mitad ha ido a refinanciar a empresas para garantizar su viabilidad. Sanromà ha detallado que 586 préstamos que sumaron 191 millones se dirigieron a nueva inversión, innovación, internacionalización y crecimiento; 66 (13,5 millones), a incrementar la capitalización de la empresa, y se otorgaron 699 avales (101 millones) para acceder a financiación bancaria.

A la par que se ha ido reduciendo la participación del ICF en grandes créditos sindicados, muchos de los cuales resultaron haber financiado empresas que acabaron en concurso (La Seda, Habitat, Sacresa o Spanair), la entidad ha intensificado su actividad en el segmento del capital riesgo, donde tiene 137,8 millones comprometidos. Ahí participa conjuntamente con redes de business angels, pero también con firmas de capital riesgo como Caixa Capital Risc, Ysios Capital, Riva y García y Nauta Capital.

El año pasado el ICF ganó 6,9 millones de euros, frente a los 3,8 millones del año anterior. El capital de primer nivel se situó en un 25,3%, pero la morosidad escaló hasta el 13,8% desde el 9,7%. Si se tienen en cuenta las adjudicaciones, esa tasa escala al 14,2%. La cobertura fue del 63%, 27 puntos porcentuales menos que el año anterior. Sobre las grandes operaciones fallidas que financió el ICF y que la Sindicatura de Cuentas ha criticado, como Spanair o Filmax, Sanromà ha asegurado que los créditos correspondientes han sido ya provisionados o amortizados. En el caso de La Seda, dijo Sanromà, el ICF "se vendió parte del crédito sindicado la noche antes de que se resolviera la liquidación", mientras que ha afirmado que en Spanair solo tenía ya nueve millones de euros "provisionados y normalizados".

Para este año la entidad espera mantener el nivel de inversión crediticia del año pasado, si bien ha afirmado que la demanda de crédito sigue bajo mínimos. "Es baja porque se amortiza más de lo que se pide", ha afirmado Sanromà, quien ha añadido que la "gestión de las pymes también ha cambiado". Por otro lado, el consejero delegado del ICF ha asegurado que hay oferta entre entidades por dar crédito a empresas solventes.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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