Dibujos contra el dolor

“Su situación desgraciadamente no es única ni nueva para nosotros, y estoy enfadada porque esto está demasiado normalizado. Las condiciones en las que viven muchas familias son infrahumanas. Lo vemos como algo normal y esto no puede ser”. Gemma Mañé, directora de la escuela pública Teresina Martorell, en la que estudiaban los cuatro niños fallecidos, no podía ocultar ayer su conmoción e indignación por lo sucedido.

Un enorme crespón negro de tela presidía ayer la entrada al centro. en el que los menores cursaban sus estudios en las clases de P-4, P-5, tercero y sexto de primaria. La noticia consternó a alumnos, profesores y padres del colegio, que departían con la familia diariamente desde hacía más de una década. “Todos los hermanos han venido a esta escuela desde siempre, incluso el chico mayor, de 18 años, es exalumno nuestro”, explicaron las encargadas de la conserjería. “La madre venía cada día a buscarlos. Bromeaba diciendo que ahora que tenía una niña, después de 5 niños, pararía de tener hijos”, añadieron.

“Todos los hermanos han venido a este colegio”, lamentaban las conserjes

Un grupo de psicólogos de la Generalitat y de la Cruz Roja se desplazó hasta la escuela para dar apoyo al equipo docente y a los más de 350 alumnos matriculados en la escuela. Estuvieron durante toda la mañana realizando dibujos y escribiendo cartas o poemas para expresar su pena por los compañeros que no volverán a clase. “Los niños han hablado, han llorado...”, explicó entre lágrimas Mañé.

Los fallecidos eran muy conocidos en El Vendrell porque jugaban a futbol en el club local. A las cuatro de la tarde, decenas de niños y padres llenaron el patio y enmudecieron durante cuatro minutos en recuerdo a los cuatro menores fallecidos en el incendio. Este jueves no habrá clase y el viernes al mediodía profesores y alumnos caminarán hasta el Ayuntamiento para rendir homenaje a las víctimas.

El regidor de Educación de El Vendrell, Kenneth Martínez, explicó que el trabajo importante en los colegios de la población ayer fue “hacer terapia para que cada niño pueda expresar lo que siente, intentar que entiendan que no verán más a sus compañeros”.

“La familia estaba completamente integrada, los niños hablaban catalán perfectamente. El problema grave que sufrían era el económico”, concluyó la directora.