Clausura de gala

COMPAÑÍA JOAQUÍN GRILO. COSITAS MÍAS

Baile: Joaquín Grilo. Artistas invitados: David Peña 'Dorantes' (piano), Remedios Amaya(cante). Guitarra: Juan Requena. Cante: Makarines. Percusión: Paco Vega. Palmas: Carlos Grilo y Diego Montoya. Violín: Faical Kourrich. Dirección escénica, artística y coreográfica: Joaquín Grilo

Teatro Villamarta, 8 de marzo

El jerezano Joaquín Grilo goza de unas cualidades bailaoras incuestionables. Con figura, elegancia y colocación, domina el tiempo a su antojo, tanto para el baile de corte más ortodoxo como para introducir esas “cositas” suyas que tanto lo definen: ese juego de descomponer la figura sin perder la compostura, ese aparente desbaratarse sin que se le vaya un ápice del compás, toques de desenfado y comicidad. Pero también están la fuerza de sus pies o la exactitud de sus giros, elementos que se combinan para ofrecer un baile vibrante y seductor.

Toda esa sintaxis bailaora estuvo presente en el espectáculo que cerró la presente edición de este festival y que tuvo aires de gala por muchas razones. Concurría el mismo hecho de la clausura, la expectación de un estreno y, sobre todo, la presencia de unos artistas invitados de gran altura que aportaron mucho brillo con sus individualidades, además de constituir parte fundamental de la obra. El desgarro de Remedios Amaya en el taranto y la cartagenera, con inevitable recuerdo a Camarón, deja suficiente inspiración en el aire para que Grilo desarrolle una danza inspirada sin pegar un taconazo antes de encontrarse cara a cara con ella en la canción por bulerías, un diálogo con muchas variantes. Después vendrían los tangos y más tarde la soleá, porque esta vez la presencia de la trianera fue casi permanente, ya fuera por el cante o por sus jaleos. Carisma sobre las tablas.

Lo del pianista Dorantes es de sobras conocido. Él suena flamenco por más que improvise y experimente buscando posibilidades expresivas. Su música llena la escena y parece arrastrar a la banda hacia una suerte de clímax. Otra alfombra de inspiración para un baile que Grilo administra a su antojo, entrando y saliendo de la escena y enlazando baile de diferentes hechuras. Las notas del tema Orobroy del pianista dieron paso a los tangos bailados al arrope de Remedios y Makarines, antes de que estos, entre tanguillos y sevillana, le pusieran en situación para mostrar su lado más torero, el capote como un mantón. No pudo faltar la soleá, que llegó en ese punto alto del espectáculo con Remedios de nuevo inconmensurable. O las bulerías inevitables, pero dentro de ese tono general de un baile compuesto de muchos retazos de inspiración personal, algo que por otra parte ya anunciaba el mismo nombre de la obra.

Con la obra ya concluida llegaría el momento más emotivo. La Amaya se había acordado del desaparecido Juan Moneo El Torta y Grilo quiso que su obra quedase en el recuerdo con el cuadro final de toda la compañía pegados unos con otros para homenajear a Paco de Lucía. La guitarra corona el grupo mientras que los versos cantados por Makarines se repiten como una salmodia para llevar al personal a un final de apoteosis y emoción.

La XVIII edición del Festival de Jerez se ha cerrado con unas cifras de participación y ocupación que son similares a las de años anteriores: 31.100 personas, entre espectadores y cursillistas, han participado en las 134 actividades del certamen, lo que supone un índice medio de ocupación del 91,2 por ciento. El Teatro Villamarta obtuvo un 82,5% y ciclos como la de la Sala Compañía y las peñas llegaron al 100%. Son datos que avalan a la cita jerezana como un referente mundial y que, de alguna manera, aseguran su continuidad. De hecho, la organización ya anunció las fechas de la próxima edición que se celebrará entre el 20 de febrero y el 7 de marzo de 2015.