Futbolistas del Elche, pericos de corazón

“Tengo respeto por el club y por la afición, pero los goles hay que celebrarlos. Y así lo haré”, explica, sincero, Ferran Corominas, que ya le hizo dos dianas para firmar la victoria en el partido de la primera vuelta. “No, no lo celebraría. Quiero ganar, pero por respeto a la gente del Espanyol no festejaría un gol”, confiesa Javi Márquez. “Yo solo me abrazaría con Coro, pero con todo el respeto del mundo hacia la afición perica”, abunda Edu Albacar. Corominas, Márquez y Albacar cambian opiniones, pero coinciden en su hilo conductor. Hoy enfundados con la camiseta del Elche; ayer formados en el Espanyol.

“Siempre es especial jugar contra el Espanyol”, revela Coro, que aterrizó en el club blanquiazul en 2001. Coincide Márquez: “Cada vez que vuelvo es un partido diferente. Intentaré dejar al margen los sentimientos”. El volante, que debutó con el primer equipo que entonces comandaba Mauricio Pochettino en 2009, se marchó del club en el verano de 2012. Albacar, sin embargo, no sabe lo que es vestirse de élite con la camiseta del Espanyol. Dos años en el filial, algunos entrenamientos con el primer equipo y un partido en la Copa de Cataluña. “Siempre fui merengón, pero desde que dejé el Espanyol me hice muy perico”, asegura el lateral izquierdo.

A Coro lo desterraron del Espanyol en 2011, pero su nombre quedó tatuado para siempre en la afición blanquiazul. Un gol suyo en el último suspiro del partido frente a la Real Sociedad en la temporada 2005-2006 le dio vida a un equipo que estaba descendido y lo dejó en Primera. “Fue un gol importantísimo para mí y para el club, la gente siempre me lo recuerda y agradece”, explica el punta que visita por primera vez el nuevo estadio del Espanyol y no se olvida de Dani Jarque. “Fue un amigo íntimo. Será también especial por eso”, cierra Coro.