Enseñanza busca edificios vacíos para ubicar en ellos nuevos institutos
La caída demográfica en Infantil hará que una decena de centros estén afectadas por el cierre Abrirán cinco centros de Secundaria y la etapa de Infantil pierde 275 aulas
En el municipio gerundense de Sant Gregori (3.400 habitantes) luce un imponente edificio de tres plantas con una fachada mosaico que combina blancos con azules y grises. Un ambicioso proyecto que costó 1,2 millones y se inauguró el pasado mayo. La biblioteca del municipio se ha instalado en la planta baja, pero las otras dos, de 600 metros cuadrados cada una, están vacías. Estaban destinadas a uso cultural, aunque sin destino concreto, según admite el alcalde Quim Roca (CiU). A partir de septiembre, el inmueble acogerá el nuevo instituto, que nacerá con dos grupos de primero de ESO y con alumnos del valle del Llémena. “Es fantástico porque el instituto es una reivindicación de años”, aplaude Roca.
Como este hay numerosos edificios municipales proyectados en época de vacas gordas sin utilizar o antiguas escuelas cerradas que el Departamento de Enseñanza quiere reciclar para convertirlos en institutos. Esta es la solución que ha encontrado la Generalitat ante el crecimiento del número de alumnos de Secundaria previsto para la próxima década y la falta de dinero para nuevas construcciones debido a la deuda que arrastra el departamento — unos 4.000 millones a pagar hasta 2038— por los centros escolares levantados en los últimos años.
“Es de sentido común”, indica la consejera de Enseñanza, Irene Rigau, y añade que esta será la tendencia de futuro. De hecho, ya se han creado mesas de planificación entre Enseñanza y 140 municipios. Además de Sant Gregori, estrenarán instituto Sant Andreu de la Barca y Sabadell (en todos los casos se reciclarán antiguas escuelas), Girona (en un casal del Arzobispado) y Vilafranca del Penedès, en barracones.
Los crecimientos de Secundaria y Primaria contrastan con el descenso de la etapa de Infantil, que se viene produciendo últimamente por el descenso demográfico, debido a la caída de los nacimientos y al retorno de inmigrantes. Esto se traduce en el cierre de 275 aulas de Infantil para el próximo curso (41 de ellas concertadas), mientras que se incrementarán en 410 las de Primaria y en 171 las de Secundaria. Con todo, la población escolar aumentará llegando al máximo histórico del millón de alumnos en la etapa obligatoria (de 3 a 16 años).
Las escuelas afectadas por cierre son una decena. En tres no se ofertará P3, así que con toda probabilidad se desmantelarán progresivamente en años sucesivos. Son la Escuela Montpedrós (Santa Coloma de Cervelló), Tresfonts (Barcelona) y Mare de Déu del Rocío (Sant Vicenç dels Horts). Además se fusionarán las escuelas El Pi y Encarnación Fonoll (Dosrius), Països Catalans y Sant Baldiri (Lliçà d'Amunt) y Antoni Doltra y Poblenou (Pineda de Mar).
Rigau plantea una reducción
Además, cuatro centros más que empezaron a cerrarse progresivamente hace unos años, en septiembre echarán el candado definitivo. Son las escuelas Mirades (Torredembarra), Germans Amat (Terrassa) y Rosa dels Vents (Barcelona) y el instituto Bosch i Gimpera (Barcelona).
De cara al próximo curso, Rigau anunció un descenso de las ratios de alumnos por aula en aquellos centros en zonas más empobrecidas como medida para mejorar el éxito escolar.
Desde la Fapac, que agrupa las AMPA de Cataluña, se exige a Rigau que no se cierren las escuelas a priori, sino que deje que las familias matriculen a sus hijos y después se ajusten los grupos sobrantes. La entidad lamentó que lo que prima “es un “ahorro compulsivo digno de un avaro del siglo XIX” porque se cierren centros que necesitan una inversión importante o “que ofrecen proyectos pedagógicos innovadores”.
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