Pureza vocal con encanto vienés

La curiosidad para explorar tesoros musicales del pasado es una constante en la trayectoria de la soprano catalana Núria Rial (Manresa, 1975). Desde hace quince años vive en la ciudad suiza de Basilea y en su carrera, planificada con rigor, sin prisas ni golpes de efecto, han sido determinantes sus éxitos interpretando obras de Händel, Monteverdi, Mozart, Haydn o Boccherini, bajo la dirección de músicos del prestigio de René Jacobs, Giovanni Antonini y Emilio Moreno; pero no quiere conformarse con el repertorio más habitual. Al contrario, disfruta sorprendiendo al público, y así lo hará hoy en su regreso al Palau de la Música Catalana (20.30 horas): acompañada por el conjunto instrumental La Floridiana y su directora, la clavicembalista rumana Nicoleta Paraschivescu, Núria Rial rescata del olvido a Marianna Martines, cantante, maestra y compositora austríaca (Viena, 1744-1812) cuya elegante música vuelve a los auditorios después de casi dos siglos de olvido.

De Marianna Martines -o Marianne von Martínez-, descendiente de un militar español carlista que se instaló en Viena, los libros de historia de la música hablan muy poco: recuerdan su condición de alumna destacada de Franz-Joseph Haydn, su intensa relación con el poeta y libretista Pietro Metastasio, y su brillo social en la Viena del siglo XVIII. Cantante de bella voz, virtuosa del clavicémbalo y famosa maestra de canto, también fue una prolífica compositora que en 1773 fue elegida miembro de la prestigiosa Academia Filarmónica de Bolonia. Compuso unas doscientas obras, de las que solo se conservan unas setenta: cantatas, arias italianas, sonatas y conciertos de elegante virtuosismo que sonaron de forma habitual en los salones; de hecho, ella misma regentaba un salón que era frecuentado por celebridades como Haydn, Mozart y Beethoven.

El conjunto La Floridiana y Rial, que ha dedicado a Martines un excelente disco (Sony), muestran en este programa la exquisita factura de su música a través de una una selección que incluye la Obertura en do, el Concierto en mí mayor para clavicémbalo, la cantata Il primero amore, con texto de Metastasio, y una aria final llena de encanto melódico, Berenice, ah che fai? Dos obras de Mozart -una bonita aria de la ópera Zaide, y una pieza de niñez, la Sonata KV 13, para clavicémbalo, violín y violonchelo-, completan el concierto, en el marco del ciclo Intérpretes Catalanes.