El Salón del Cómic entra en guerra

Pasa por ser uno de los géneros más prolíficos del mundo de la historieta. La guerra ha inspirado desde siempre a ilustradores y guionistas de viñetas, sea para reflejarla de forma fiel o para criticarla, ensalzar sus valores heroicos o sus efectos más crudos; son muchos los cómics que han tenido como tela de fondo los conflictos bélicos. El año 2014 podríamos calificarlo de "bélico", al coincidir, al menos, la conmemoración de cuatro grandes conflictos: Se cumplen 100 años del inicio, en 1914, de la Primera Guerra Mundial, 75 años, en 1939, del final de la guerra civil española y del comienzo de la Segunda Guerra Mundial y 300 años, en 1714, del fin del conflicto bélico de la Guerra de Sucesión que acabó con el asedio y derrota de la ciudad de Barcelona. La robótica y el deporte fueron los dos leitmotiv elegidos para las dos últimas ediciones del Salón Internacional del Cómic de Barcelona. Vista la coincidencia, parecía que no había otra opción que la 32ª edición, que se celebrará en Barcelona entre el 15 y el 18 de mayo, tenga a la guerra y su presencia en el cómic, como hilo conductor.

Y lo hace por partida doble: Por un lado, en su exposición central Cómic en guerra, en el que se podrán ver, a modo de antología, 200 originales de autores europeos y americanos que han abordado la guerra en sus trabajos, pero también sus efectos en la población civil, los genocidios, además de una sección sobre los corresponsales de guerra”, según explicó Carles Santamaría, director del salón y máximo responsable de Ficomic. Será como una clase de historia bélica donde los dibujos realizarán un recorrido cronológico.

Pero la guerra estará presente más allá de la tinta y el papel en tres dimensiones a partir de la creación de cuatro escenarios bélicos o dioramas a escala 1:1 en la que otras tantas asociaciones de reconstrucción y recreación histórica --la de coleccionismo de Uniformes Históricos; la de la Batalla del Ebro; que vendrá con un camión que estuvo en el frente; la de los Miquelets de Cataluña, nombre de los mercenarios catalanes durante la Guerra dels Segadors y la de Recreación Histórica Coronela de Barcelona, milicia formada por cofrades de los gremios barceloneses que estaban a sueldo de la ciudad-- escenificarán cuatro conflictos. “En total, serán unas cincuenta personas que recrearán escenas bélicas que el mundo del cómic ha reproducido”, explicó Carles Santamaría, director del salón. Entre ellos, un grupo de personas darán vida a soldados de la Novena Compañía, la Nueve, formada por refugiados republicanos huidos tras la victoria franquista incorporados a la II División de Leclerc, la que liberó París de la ocupación nazi en agosto de 1944 (que este año también celebra el 40 aniversario). “Será espectacular”, aseguró Santamaría. También habrá espacio para conferencias, juegos de estrategia, maquetas y proyecciones.

Los superhéroes también tendrán su espacio en el salón de este año. Batman, el popular protector de Gotham City a base de sus habilidades detectivescas, su fortaleza física y sus artefactos en forma de murciélagos, celebra sus 75 años. Se podrán ver dibujos de todas las series y objetos del Caballero Oscuro. Otro héroe, Lobezno, creado por Len Wein y Herb Trimpe -tras nacer como un personaje más de El increíble Hulk, ingreso en la Patrulla X y ha protagonizado películas en solitario de la franquicia X-Men- cumple 40 años y entra en la madurez. Los dos protagonizarán sendas exposiciones, además de las creaciones de Purita Campos (más allá de Esther, su personaje más famoso) y Miguelanxo Prado, dos de los ganadores de premios en la edición del año anterior. Todas las exposiciones están comisariadas por el estudioso del cómic Toni Guiral.

Los superhéroes también protagonizan el cartel de este año. Obra del gaditano Carlos Pacheco que ha trabajado en editoriales norteamericanas en títulos superventas como Los vengadores o Los 4 Fantásticos. En su cartel, un Cristóbal Colón tuneado de superhéroe con una capa al viento y un enorme libro en la mano (quizá un cómic) señala al continente americano mientras un batallón de superhéroes (personajes de Marcel y DC) se dirigen hacia Barcelona, la ciudad donde serán protagonistas en estos cuatro días de mayo.

Este salón que no para de crecer, lo hace físicamente este año, pasando a ocupar los pabellones 1 y 2 de la Fira de Barcelona en Montjuïc, por lo que los 19.000 metros cuadros se convierten en 32.000, un 70% más de espacio. “No queremos que nos pase como en el último salón del Manga que hubo que dejar a gente fuera sin poder entrar por tener el aforo completo”. Dijo Santamaría que tuvo que pedir perdón vía redes sociales, además de comprometerse a trabajar para que la situación no se repitiera. “Es preferible tener espacio de sobra para que pueda entrar todo el mundo", explicó Santamaría. El año pasado visitaron el salón 106.000 personas. El presupuesto para esta edición es de 650.000 euros, “un poco inferior al del año pasado”, siendo un 20% aportaciones públicas y el resto recursos propios.

Entre los invitados que ya han confirmado su presencia el próximo mes de mayo están: el periodista Joe Sacco, que presentará en Barcelona La Gran Guerra, su última obra ambientada en la Primera Guerra Mundial. Andrew Wildman autor de los cómics de la serie Transformers, Mike Carey, guionista de Lucifer y The Unwritten y el argentino Eduardo Risso, dibujante de 100 Balas.

La presentación se realizó en el Aula Magna de la Universitat de Barcelona. Un lugar donde las imágenes de los carteles chocaban con la de las enormes pinturas barrocas que colgaban de las paredes. La catedrática Lourdes Cirlot, vicerrectora de Cultura de la UB, ha recordado que Roy Lichtenstein, que tiene una enorme escultura junto al puerto de Barcelona es un ejemplo de cómo el cómic inspira también al arte. “Hace años ya dirigía trabajos a mis alumnos universitarios realizados a partir del cómic”, confesó la experta.