Los jefes de la trama se amenazaron entre ellos con denunciarse en los tribunales
Gervasio Rolando, el jefe, y su hijo, Roli, no estaban contentos con su representante en Galicia
La desconfianza y las amenazas de delatarse mutuamente reinaban en la cúpula de Vendex en junio de 2012 tras el cambio de color político en los gobiernos de A Coruña o Santiago, ayuntamientos donde más facturaba el grupo en el epicentro de la Operación Pokémon. Gervasio Rolando Rodríguez, el jefe, y su hijo, Roli, no andaban contentos con la labor de su representante en Galicia, José María Tutor. Y sospechaban que pudiera traicionarles e irse a la competencia. “Si el tío amenaza que se va, dile que tenemos un dossier que lo puede llevar a los tribunales por la vía penal y se enteraría Galicia entera”, le encomienda el padre al hijo, enviado a Santiago para tratar de poner orden. “No le aguantes ninguna amenaza, métele miedo, pero dile también que si cumple las normas no tenemos ningún interés en que se marche”. Roli da por entendida la orden: “Como dicen los americanos: my way o highway,a mi manera o carretera”.
Al hijo del jefazo de Vendex le acompaña en ese viaje para reprender a Tutor una persona de la máxima confianza, Maribel Carrasco, la directiva que se encarga desde Madrid de supervisar todas las contratas y los pagos. “En todos los rodajes aparece la chica como si fuera ella la gran capitana”, resume Tutor en una conversación. En ocasiones la llama “la jinetera”, en otras incluso “la bruja”. Sabe que desde enero Rodríguez llevaba “pensando en asignar Galicia a Maribel”. Tutor se queja amargamente con sus allegados de la desconfianza de sus jefes. Su próximo colaborador, artífice de las contratas que tiene Vendex en Lugo, Javier Reguera, le intenta calmar, aunque sabe que los Rodríguez sostienen que en Galicia, “donde está Tutor, todo va mal”. “Pero si eres la gallina de los huevos de oro”, le asegura.
El mandamás de Vendex no lo ve así. Se jacta de que los tres principales contratos en Lugo, A Coruña o Santiago, los consiguió él. “En Ourense quien tenía mano era el padre de Adrián [Cordero, también imputado], se resolvieron con él todos los problemas y por eso tenemos la ORA”. En Lugo, fue Gervasio Rodríguez el que comió “14 veces con el segundo de la institución”.
“Cuando haya un concurso en Galicia, voy yo a ver al alcalde”, proclama. Y recomienda a su hijo que, a la hora de ajustar cuentas con Tutor, actúe de tal forma que no les pueda “hacer daño en ningún ayuntamiento”. Incluso puede ofrecerle 10.000 euros por cada contrato que consiga el directivo, siempre y cuando “valga la pena”. Pero si quiere despedirse, no le darán un euro de indemnización. “Ten cuidado, no saques cosas delictivas", advierte Gervasio Rodríguez a Roli cuando este le indica que sabe cómo delatar al representante en Galicia. Finalmente la sangre no llegó al río. Y Maribel, en septiembre, pasó a estar bajo sospecha. El jefe de Vendex, convencido de que “la han comprado”, incluso contrata un detective para seguirla “mañana, tarde y noche”.
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