El circo consigue un hogar
La fábrica de creación Ca l’Estruch, en Sabadell, acogerá el principal centro de residencia y promoción de las artes circenses en Cataluña
El circo es desafío a todas las leyes de la física, a las posibilidades del cuerpo humano y a la mismísima imaginación. Desde hace unos años el circo es también un reto ante la crisis, una lucha que aspira a ganar algo más que la propia supervivencia; también quiere lograr la normalización y conquistar a nuevos públicos. A fin de conseguir todo ello, el mundo circense catalán necesitaba un nuevo espacio estable y adecuado para su desarrollo y promoción, y esto es lo que, dentro de unos meses, va a lograr.
La buena noticia para acróbatas, trapecistas, malabaristas y demás artistas llegó el pasado 14 de enero, cuando el Departamento de Cultura anunció que se recuperaría el Centro de Creación y Producción de Circo La Vela como entidad principal dentro de su ámbito. Y al mismo tiempo la carpa que lo albergaba. La reubicación de dicha carpa, de 30 metros de diámetro y con capacidad para 500 personas, será en Ca l’Estruch, un centro de Sabadell dedicado a las artes escénicas desde 1995. A lo largo de toda la historia del circo las carpas tenían la función de llevar de gira la magia del espectáculo, buscando siempre sorprender y provocar un cosquilleo en el espectador. Ahora La Vela y su carpa ocuparán un lugar fijo y serán los artistas los que rotarán.
El creador Quim Girón, miembro de la joven compañía Animal Religion —una de las seis que hay actualmente en residencia—, espera que La Vela sirva para dar cabida a la evolución que necesita el circo de carpa. Para él, el espectáculo es la forma de vehicular sus ideas, “la posibilidad de mezclar teatro, danza, música y acrobacias, permite crear a todo color y sin límites”. El próximo mes de marzo va a estrenar en Ca l’Estruch el espectáculo Indomador, que aún están puliendo y mostrará al público a un extraño personaje intentando dominar su más profundo instinto animal.
La Generalitat adquirió La Vela —que inició su actividad circense en 2006 en Vilanova i la Geltrú— el verano pasado, cuando el centro estaba a punto de desaparecer porque el Ayuntamiento del municipio no podía hacer frente a los costes de funcionamiento. Finalmente, el proyecto que presentó Ca l’Estruch fue el elegido para darle una nueva vida y ahora este será administrado entre la Generalitat y el Consistorio de Sabadell.
Las pequeñas, pero intensas Cápsulas de Circo son una buena muestra del talento que se cuece y se expande reclamando más espacio. Estas actuaciones de acrobacias aéreas se llevan a cabo en el EstruchBar el primer sábado de cada mes; las próximas las ofrecerán la joven Pinky (Victoire D’Antino), que recrea un mundo onírico y misterioso, y el dúo Colectivo Radioactivo, capaz de transformar el trapecio en una máquina del tiempo.
“En Ca l’Estruch siempre se han realizado proyectos de circo, tenemos experiencia y capacidad de gestión”, explica el edil de Cultura de la ciudad, Quim Carner.
Como muchos otros espacios de creación artística, el de Sabadell nació de la rehabilitación de una antigua fábrica dedicada a la tintorería y es uno de los más antiguos del Estado. Hoy cuenta con varios equipamientos para las artes visuales y escénicas de pequeño y gran formato y, dentro de unos meses, también dispondrá de la gran carpa La Vela. “Vamos a tener el espacio idóneo para dar más salida a las líneas de iniciación, especialización y circo social”, afirma Manel Rodríguez, director del centro.
Está previsto que la carpa se instale este semestre y que se llene de circo antes del próximo otoño. La actividad en La Vela seguirá la misma filosofía que el resto de recintos, basada en la producción, la exhibición y la formación. Con un ambiente de efervescencia de ideas y proyectos de lo más variado, la actividad en Ca l’Estruch no se detiene nunca. Su programación de espectáculos y talleres abiertos al público es extensísima y cuando hay convocatorias para acoger artistas o compañías en residencia siempre hay más solicitudes que vacantes disponibles.
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