Arquitectos con ‘R’ de modernos
El Macba repasa el papel del Grup R en la década de 1950 que se enfrentó a la estética academicista del franquismo
No construyeron nada juntos, pero, tras organizar cuatro exposiciones, impartir conferencias y publicar artículos donde explicaban sus trabajos, el Grup R de arquitectura se convirtió, a partir de 1950, en la llama viva de la modernidad de la arquitectura catalana. Frente a la arquitectura oficial empeñada en buscar un estilo para el imperio a imitación del Tercer Reich alemán basada en el clasicismo, el Grup R se abrió a Europa en busca de aire fresco, en una época gris en la que la información era escasa.
El Macba analiza en Motor de Modernidad. Grup R. Arquitectura, arte y diseño el papel de este grupo de profesionales que tuvieron como referente al GATCPAC de los que se sentían herederos, que se nutrió de racionalismo y de las vanguardias, pero también del modernismo y de la arquitectura popular mediterránea.
El grupo estaba formado por arquitectos de dos generaciones: unos, contemporáneos de la Segunda República y titulados en la década de los cuarenta como Josep Pratmarsó (considerado su presidente), Josep Antoni Coderch, Antoni Moragas, Manuel Valls, Joaquim Gili, Josep Maria Sostres, Francesc Bassó y Josep Antoni Balcells. La segunda consiguió el título a principios de los cincuenta como Oriol Bohigas, Josep Martorell, Guillermo Giráldez, Manuel Ribas, Pau Monguió y Francesc Vayreda.
En 1952 organizaron la primera exposición. Fue en la galería Layetana y expusieron 20 de sus trabajos. Había clubes náuticos, viviendas, cines, bares y una cruz de término. Fue el acto sobre arquitectura más importante celebrado en Cataluña en décadas.
El Macba arranca la exposición, comisariada por Fernando Marzà, con una enorme pantalla donde se proyectan imágenes del NODO en el que se suceden inauguraciones llenas de dirigentes franquistas. Le siguen los primeros proyectos de estos arquitectos y algunas de sus realizaciones como el cine Fémina (1952) y el hotel Park (1954), de Moragas; el edificio de viviendas de la calle Pallars (1960), de Bohigas y Martorell; la Casa de la Marina en la Barceloneta (1952), de Coderch y Valls; la Editorial Gustau Gili (1959), de Gili y Bassó; las casa Agustí (1955) y Moratiel (1957), de Sostres o el edificio de la Facultad de Derecho (1958), de Giráldez, López Iñigo y Subias.
Poco a poco, el grupo supo, se explica en la exposición, introducirse en la vida artística y social, relacionándose con grupos como Dau al Set. Eso le llevó a instalarse en los órganos de opinión, como la dirección de la revista Cuadernos de Arquitectura y del Colegio de Arquitectos y del FAD. Según Marzà, fue Francesc Català-Roca, el fotógrafo del grupo el que creó, con sus puntos de vista y la elección de los detalles, un estilo que acabó unificándolos. La selección de imágenes ampliadas del autor, muchas inéditas, es de lo mejor de la exposición.
El grupo se disolvió en 1961 cuando estalló el debate en Europa en el que se cuestionaba la continuidad del racionalismo (representado por el Edificio N de Guillermo Giráldez) o el acercamiento a nuevos planteamientos historicistas (Avenida Meridiana de Bohigas y Moragas), en un momento en el que la colectividad dejaba paso en arquitectura al individualismo. De hecho, el Grup R había perdido su razón de ser: la arquitectura moderna había triunfado.
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