El Ayuntamiento subasta más cuadros para tapar un ‘agujero’ financiero
Coloca solo cuatro de las 25 obras pese a ofrecerlas muy por debajo de su valor
El Ayuntamiento (PP) llevó a cabo el pasado mes de noviembre su segunda subasta de obras de arte para obtener fondos con los que enjugar la quiebra de la empresa municipal Madrid Espacios y Congresos (Madridec).
En esta ocasión, logró colocar solo cuatro de las 25 obras puestas a la venta, por las que obtuvo 28.380 euros. Una vez descontada la comisión correspondiente a la casa de subastas, el Ayuntamiento se embolsó 25.091 euros.
Se trata de la segunda de las dos subastas contratada en abril de 2013 por el entonces consejero delegado de Madridec, Pablo del Amo, con la casa Ansorena para colocar en el mercado 51 obras de arte a un precio total de salida de 484.450 euros.
Las más valiosas eran cuadros de Manuel Millares (150.000 euros), Antonio Clavé (40.000 euros), Antoni Tapies (36.000 euros) y José Guerrero (30.000 euros), entre otros.
El valor asignado por el Ayuntamiento al lote completo ascendía a 1.057.341 euros; es decir, el precio de salida implicaba una rebaja superior al 50% del valor.
La primera subasta se celebró los días 11 y 12 de junio, y permitió adjudicar 26 obras por un precio de 381.112 euros. Una vez descontada la comisión y los impuestos pertinentes, el Ayuntamiento recibió 322.499 euros.
El valor asignado a esas obras adjudicadas ascendía a 686.279 euros, por lo que el propio Ayuntamiento reconoció una pérdida patrimonial de 304.167 euros (el 44,4% del valor de los cuadros) a resultas de la subasta, según la documentación oficial a la que ha tenido acceso EL PAÍS.
A ese revés, el Ayuntamiento opuso tres consideraciones a modo casi de excusa: que las obras se incorporaron al patrimonio municipal en 1994 como elementos de decoración interior; que no consta que tuvieran “certificados de autenticidad”; y que en su momento no se tasaron, es decir, se compraron al precio que el vendedor fijó sin cuestionarlo.
Es más, en el citado documento, de julio de 2013, se admite que “la pérdida que ahora se materializa es posible que fuera ya latente desde el mismo momento en el que dichas obras se incorporaron al patrimonio” municipal. En breve: no es que ahora se malvenda patrimonio, sino que quizá antes se malcomprara.
El Ayuntamiento no ha informado sobre qué piezas fueron subastadas y cuáles finalmente adjudicadas el pasado mes de noviembre. En la primera ronda, en junio, logró colocar las obras más valiosas: Cuadro 3, de Millares, se adjudicó al precio de salida, 150.000 euros, cuando en el inventario municipal figuraba con un valor de 187.116 euros. Arlequín, de Clavé, se adjudicó también al precio de salida, 40.000 euros en este caso, cuando su valor inventariado era de 80.386 euros. Sol y Sombra, de Guerrero, salió por 30.000 euros y se colocó por 46.000, cuando su precio asignado era de 54.041 euros.
Estas subastas de cuadros fueron una última respuesta desesperada del Ayuntamiento para minimizar las pérdidas derivadas de la quiebra de Madridec.
La empresa municipal se vio superada por el excesivo endeudamiento al que fue sometida durante el mandato como alcalde de Alberto Ruiz-Gallardón (2003-2011), y hubo de ser disuelta el pasado 31 de diciembre.
Dejó en herencia un agujero de 400 millones de euros para las arcas municipales, en forma de endeudamiento y facturas pendientes; el esqueleto a medio construir del Centro Acuático; el agujero inútil del Centro de Convenciones de la Castellana; y el obsoleto recinto ferial de la Casa de Campo.
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