Los padres piden participar en el nuevo currículo de los chicos de primaria

El nuevo currículo de primaria, cuyas líneas básicas adelantó el martes el presidente regional Ignacio González, ha provocado la protesta de la principal asociación de padres de alumnos de la pública, la federación Giner de los Ríos. Piden una reunión con la Consejería de Educación para hacer una revisión “profunda” del sistema educativo.

González indicó que los alumnos de primaria de Madrid tendrán el curso que viene una hora más de Lengua y Matemáticas y apuntó otras modificaciones en una comparecencia pública. La Comunidad se ha adelantado a la aplicación de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), anunciando cambios en el currículo autonómico antes de que se apruebe el marco general y sin ofrecer ni consultas ni borrador de trabajo.

Educación se reunirá la semana que viene con los sindicatos de la mesa sectorial de la pública (CC OO, UGT, ANPE y CSIF) para debatir estos cambios. La central principal de la concertada, FSIE, ha pedido también participar y Educación replica que, tras la mesa sectorial, se reunirá “con el resto de representantes del sector educativo” para hablar del curriculo.

Sin dinero para libros

La Giner de los Ríos reclama un aumento de plantilla para aplicar los cambios. La Comunidad tampoco ha aclarado de qué otras asignaturas detraerá las horas que quiere dedicar a las materias troncales. Respecto al anuncio de que evitará los “localismos” en los contenidos de Geografía e Historia, les acusa de una visión “centralizadora” del currículo en lugar de “un estudio profundo” de las necesidades. González añadió que Historia se estudiará “ordenada cronológicamente”, algo que según la federación de padres es ya “lo más frecuente” y “atenta” contra la autonomía pedagógica de los centros.

Los padres de la pública también critican que el presidente regional haya pedido a la asociación de editores de libros de texto Anele que aplacen los cambios de contenidos para que las familias puedan ahorrar en la compra de manuales mientras se recortan los fondos para libros. Madrid eliminó la partida anual de becas de 30 millones de euros y puso en su lugar un sistema de préstamo de libros por cinco millones que “no les llega [a los centros] ni para que hagan fotocopias para todos los alumnos”, dice la Giner de los Ríos.