Casas Viejas encara la tragedia en los bares
Benalup se sacude los tabúes y recuerda el asesinato de una veintena de campesinos en 1933
Hubo tres momentos en la historia de Benalup-Casas Viejas en los que sus calles de fachadas blancas, sus campos y sus gentes fueron objeto de los fotógrafos. En 1913 se descubrió el Tajo de las Figuras, un emblema de la conservación de pinturas rupestres. En 1933 una oleada de reporteros acudió al pueblo gaditano para recoger la herencia de la matanza de una veintena de campesinos. Y, a mediados de los años 60, Jerome R. Mintz inmortalizó más de 5.000 momentos de esos vecinos atrapados en la tragedia de esa historia. La memoria de Benalup se alimenta de esas fotos que durante años fueron un tabú. Este fin de semana, por el aniversario de la tragedia del 33, esas imágenes se cuelgan en una decena de bares.
El aniversario de los sucesos de Casas Viejas, que fue la matanza de una veintena de campesinos por la guardia de asalto de la República como represalia a la muerte de dos guardias civiles, es, desde hace poco, un acontecimiento en Benalup por el empeño de algunos vecinos e historiadores que querían que ese recuerdo no fuera una losa, sino un revulsivo. “Siempre fue un tema controvertido para la gente de Casas Viejas. Algo muy sensible que se silenciaba. Queríamos que se pudiera hablar de ello, que se superara esa angustia”, explica uno de ellos, Salustiano Gutiérrez.
Lo que enseñan las imágenes
Benalup acoge estos días 11 exposiciones de fotografías. La más grande, en la sede de la Fundación Casas Viejas 1933, plantea la contradicción del hecho de que durante uno de los periodos más progresistas de la historia de España ocurriera aquella tragedia de represión. Se llama Casaviejeños 1933 porque quiere dar protagonismo a los vecinos. Las otras 10 muestras reúnen el enorme patrimonio fotográfico de Benalup. Se han colgado en bares, como parte de la historia del pueblo. Habrá también una tertulia (este mediodía en el bar El Tato) en la que podrán hablar los vecinos. No hay sitio ya para el silencio en Benalup.
El año pasado, en el 80 aniversario de la tragedia, la memoria se escenificó con una recreación en plena calle. “Queríamos reivindicar los lugares históricos donde pasó”, detalla Gutiérrez. El propósito de este año es otro: “Ahora queremos reivindicar a la gente, a las personas. A las que formaron parte de las tres etapas fotografiadas”. El éxito de la recreación histórica del año pasado animó a los comerciantes. “Es la primera vez que me paran en la calle y la gente me pide que hagamos algo otra vez”, asegura. Las ganas de los hosteleros, unidas a la falta de presupuesto para plantear otras cosas, propició la idea de que casi 200 de aquellas miles de fotos se repartieran por los bares del centro. Los lugares en los que los sucesos eran tabú, se convierten ahora en sede de exposiciones y tertulias. Están las fotos del descubrimiento prehistórico de 1913, las de los reporteros que acudieron en 1933 y las de Mintz.
También habrá teatro. En 1990 actores como Juan Moncayo, Enrique Carabaza o Juana Mari Cózar representaron en la alameda la historia narrada de los sucesos. Durante este fin de semana se proyectará un vídeo recordando aquel estreno. Volverá a representarse esa obra. Y los actores que hace 24 años rompieron el silencio volverán a Casas Viejas. “Aquella obra fue un punto de inflexión. Es una manera de saber lo que ocurrió, de dignificar a las víctimas”, relata la alcaldesa, la socialista Amalia Romero.
La memoria de Benalup se refresca cada arranque del año, pero a los recuerdos les cuesta consolidarse. En 2009 la Junta anunció que protegería como Bien de Interés Cultural los sitios históricos de Benalup asociados a la tragedia mediante la investigación aportada por Belén Gómez. No se aprobó y el expediente permanece parado. El Ayuntamiento ha reclamado en un escrito que se retome. Entonces también se anunció que en los terrenos de la choza donde ocurrió todo se levantaría un centro de interpretación. La Diputación ha esperado hasta este viernes para anunciar 194.000 euros para su ejecución. El año pasado se cumplió un siglo desde que los primeros fotógrafos llegaron a Benalup. El conjunto prehistórico que atrajo las primeras cámaras lleva cuatro años cerrado. La memoria de Casas Viejas se sostiene con el empeño de algunos, el esfuerzo de sus vecinos y la fuerza de las fotos.
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