“La política oriolana con estos tipos es complicada, violenta y brutal”
La candidata socialista a la alcaldía de Orihuela deja el acta contenta porque ya no está sola contra los corruptos
Antonia Moreno (Orihuela, 1961) luchó en los últimos ocho años contra la corrupción. La que fuera candidata a la alcaldía de Orihuela por el PSPV deja el acta de concejal satisfecha al ver que ya no esta sola en su cruzada contra los corruptos.
Pregunta: ¿Por qué deja el Ayuntamiento y no la política?
Respuesta: Es una cuestión personal, en el ecuador de la legislatura reflexioné mucho y decidí no ser candidata en 2015, y la mejor estrategia para el PSOE en Orihuela es dejar paso. Se lo comuniqué al PSPV y a los compañeros, pero me pidieron que acabara el año, y tuvimos este intento de moción de censura.
P. ¿Tan difícil ha sido gobernar?
R. Sí porque la política oriolana es complicada, violenta y brutal, te la juegas con tipos que llevan años queriendo gobernar sin presentarse a las elecciones. Difícil, pero vale la pena. Si esta legislatura ha servido para que gobiernen los que se han presentado y no los golfos, tramposos, corruptos o pillos será un punto de inflexión.
P. ¿Quién manda en este Ayuntamiento?
R. Ahora mandan los que han elegido los ciudadanos, a ningún edil del gobierno se le dicta lo que tiene que hacer, y eso no ocurría en 25 años.
P. ¿Y si prospera la moción de censura?
R. Gobernará un partido que ha cambiado una vara de mando por basuras. Si gobierna Pepa Ferrando habrá cambiado una vara por una contrata de 120 millones de euros por diez años y gobernará en coalición con un tipo que se llama José Alcántara, apoderado y dueño del Centro Liberal Renovador (CLR), y que controla a los dos concejales, Pedro Mancebo y Juan Ignacio López-Bas.
P. ¿Qué intereses tienen Alcántara y Ángel Fenoll?
R. Alcántara fue socio de Fenoll, en origen son lo mismo. El Centro Liberal surge de una disputa entre empresarios. Los dos tenían televisiones locales y negocios con la basura. El interés de Alcántara ahora es gestionar contratas y estar él en el sitio justo y en el lugar oportuno.
P. ¿Qué relación tuvo con Alcántara?
R. Muy poca, aunque tuve dos momentos memorables. A la semana de celebrarse las elecciones en 2011, con un PP sin mayoría absoluta y un tripartido con posibilidad de gobernar, me dejó claro que el interlocutor válido con el CLR era él, y que llevaba mucho tiempo esperando “su hora”. Eso me dijo alguien que no es concejal y no se presentó a unas elecciones. El problema en Orihuela es que hay muchos que sin presentarse quieren gobernar.
P. ¿Cómo fue al principio?
R. EL CLR pidió dos años de alcaldía para ellos y dos para el PSPV, porque necesitaban tocar poder. Afortunadamente, ya conocía a Mancebo y sabía que no era gente de fiar. Alcántara me aseguró que yo no iba a ser alcaldesa, y yo le juré que él no iba a pisar el despacho de alcaldía. Acto seguido llamé a Monserrate Guillén, de Los Verdes, y le dije que debía aceptar ser alcalde. Pasé los peores días de mi vida y desde el inicio el CLR vino a reventarnos.
P. ¿Qué es peor el PP o CLR?
R. Yo defiendo los partidos mayoritarios porque cuando llegan momentos complicados tienen mecanismos para afrontar la situación. Aún así, en el PP de Orihuela con cinco imputados y un condenado, tengo más garantías que con el CLR. Las escisiones locales hay que mirar de dónde vienen y adónde van porque siempre esconden intereses particulares. Son un polvorín que nadie controla. Alcántara recordó a sus ediles quién pagó la campaña y al inicio del gobierno tripartito venía al Ayuntamiento para diseñar los presupuestos y decidir quién cobraba primero y quien después. Esta es la anomalía democrática de Orihuela: alguien que no han votado las urnas es el que decide.
P. ¿Cómo cree que acabará el caso Brugal?
R. La Justicia es lenta pero si te engancha no te suelta, y para algunos concejales del PP en Orihuela terminará mal.
P. ¿Y Ángel Fenoll?
R. Ha dejado el escenario, creo que se ha retirado y ha dejado de tutelar al PP, que ha cambiado de amo, y ahora es la familia Alcántara.
P. ¿Se sintió sola en su lucha contra corrupción?
R. Al principio, sí. Y mucho. Hasta la operación policial de julio de 2010 estuve muy sola, cuando detienen al presidente de la Diputación, Joaquín Ripoll y a varios concejales de Orihuela, empecé a recibir apoyos. Antes mis compañeros pensaron que yo estaba fabricando un relato mío y no me creían.
P. ¿Y el PSPV la apoyó?
R. Jorge Alarte desde el primer momento me dijo que no tapara nada, que llegara hasta el final “caiga quien caiga”.
P. ¿Y en el PSPV de Alicante?
R. Entonces estaba en la Diputación y el ambiente fue hostil, cuando Roque Moreno dimitió tras aparecer en el sumario de Brugal, yo era portavoz adjunta y Antonio Amorós maniobró para apartarme. Yo sabía que los contactos de Amorós y Fenoll fueron muchos, y querían quitarme de en medio.
P. ¿Y durante ese tiempo se sintió amenazada o espiada?
R. En Gomorra el personaje viene a decir que no sabe si le miran porque ha perdido la cabeza o en realidad la ha perdido. Me pasaba lo mismo, tenía tanto miedo que no sabía si era real o imaginario, y sabía que cualquier cosa podía ser usada en mi contra.
P. ¿Y su retirada no supone una renuncia a su lucha?
R. No creo, la Justicia tiene conocimiento de todo, el registro policial del Ayuntamiento por parte de la Policía supone un punto de inflexión. El PP está temeroso. Ahora, con la moción, solo quiere la vara, están administrando el final de una etapa de un grupo de personas cuyo ciclo político ha acabado, y saben que detrás del 2015 les espera la nada, por eso buscan el poder a la desesperada.
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