El naval ferrolano afronta la Navidad en vacío

Un impreciso 'probablemente' es la última esperanza de lograr carga de trabajo este año y salvar a los astilleros públicos de Galicia del vacío absoluto. El naval ferrolano se agarra a las palabras del coordinador de asesores de Pemex, Carlos Roa, este lunes tras desembarcar como flamantes dueños de Hijos de J. Barreras y que matizó que el segundo flotel comprometido por el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo para la ría de Ferrol en septiembre del 2012 la precampaña que le dio la reelección, es 'probable' aunque no definitivo, como el de Vigo.

Todo depende de la licitación del concurso internacional que la petrolera mexicana resolverá el próximo 30 de diciembre, de acuerdo a su calendario, en el que Navantia compite con otras 10 ofertas por la construcción del buque hotel de apoyo a las explotaciones marinas. Con este telón de fondo, y más escepticismo que esperanza, unos 1.300 operarios directos y los poquísimos de auxiliares que quedan en Ferrol, salieron esta mañana a la calle para protestar, una vez más, contra la muerte del naval con un paro laboral de dos horas, el último de muchos en 2013.

Salieron caminando por la puerta de Esteiro hacia la plaza de España, donde la Xunta tiene sus oficinas, pasadas las 10:30 y se toparon con un fuerte dispositivo policial custodiando la puerta del edificio administrativo. Los trabajadores improvisaron un cementerio de cruces blancas con sus correspondientes 'necrológicas' en los jardines de la puerta para recordar a todas las subcontratas que han cerrado sus puertas desde 2011 poniendo en la cola del paro a casi 3.000 personas: montadores, plomeros, tuberos, armadores o pintores de pequeñas y medianas empresas auxiliares que no habían sufrido un bache tan largo y profundo como este, sin nada que construir y agotando los subsidios.

El Comité de Navantia Ferrol escogió las oficinas de la Xunta como escenario de su enésima protesta para recordarle a Feijóo que todavía no tienen fecha para una reunión que llevan meses reclamando por carta y con la mediación de cargos populares como el alcalde ferrolano, José Manuel Rey. Los trabajadores se plantaron con sus paraguas ante el Ayuntamiento, donde a mediodía se reunía la Mancomunidad de la ría, y el presidente del Comité, Ignacio Naveiras, forzó un encuentro con el regidor al que reprochó que sus gestiones cayeran en saco roto. “Se ríe de nosotros y no nos representa”, trasladó Naveiras a la plantilla que esperaba en la plaza de Armas y que reclamó la dimisión de Rey Varela.

Al Comité tampoco le consuela las insinuaciones del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ayer desde el Senado, asegurando que Navantia tendría “pronto” mejores noticias. Ya en febrero, Montoro había anunciado en el Congreso que los operarios de los astilleros estarían 'cortando chapa' en primavera. No fue así y tampoco se define el quinto gasero con el que amaga Gas Natural, que encargó cuatro en Asia. “El naval de Ferrol no tiene más tiempo”, concluyó Navieras. En enero, volverán a la calle con los talleres, gradas y diques vacíos.