Uriarte apuesta por un contacto discreto entre el Gobierno y ETA

El obispo emérito de San Sebastián, Juan María Uriarte, que actuó de intermediario con ETA en la tregua de 1998 durante el Gobierno Aznar, ha apostado por facilitar "algún contacto indirecto y discreto" del Ejecutivo español con la banda terrorista porque entiende que "ayudaría a cerrar del todo la etapa" de la banda y propiciaría su desaparición.

Uriarte, que ha participado en la elaboración del plan de Paz y Convivencia del Gobierno vasco, ha declarado durante una entrevista en Radio Euskadi que ETA debe pedir "especialmente" perdón y quienes la han justificado, pero también el Estado, por haberse "sobrepasado" en ocasiones en su respuesta a la banda, y los ciudadanos que han sido "indiferentes" a este "capítulo trágico" que se ha vivido en Euskadi. El PP vasco ha respondido casi inmediatamente al obispo que el Gobierno central "no se sentará con terroristas". El secretario general del partido, Iñaki Oyarzábal, ha defendido que la política que mantiene en este asunto el Gabinete de Mariano Rajoy, contraria al diálogo con la banda, "es la más inteligente y prudente".

Precisamente el contenido de sus declaraciones han trasladado la inspiración que recoge el texto elaborado a instancias del lehendakari Iñigo Urkullu y que ha canalizado Jonan Fernández. Este documento, no obstante, sigue sin haber logrado la unanimidad pretendida por la equidistancia que algunos partidos como PSE, PP y UPyD han advertido en su contenido.

Autor de un reciente libro titulado La reconciliación (SalTerrae), Uriarte ha reconocido la incidencia negativa que ante un proceso de paz puede provocar un "maximalismo impaciente" y también "el inmovilismo por una u otra parte". En este sentido, ha indicado que, en la actualidad, ETA "desearía una mediación internacional y un diálogo directo o indirecto, y el Gobierno no los quiere en absoluto".

Espera que la izquierda 'abertzale' siga dando pasos unilaterales en su postura política

Dentro de sus reflexiones, el obispo vizcaíno ha considerado que "algún tipo de contacto indirecto y discreto podría ayudar a cerrar del todo la etapa de ETA y a facilitar su disolución", ha añadido. Eso sí, como conocedor de la experiencia vivida durante 1998, ha apostado ahora por "una fórmula más atenuada" aunque se ha mostrado convencido de que "si existiera algo, facilitaría" el proceso.

A su vez, Uriarte ha destacado que ETA "no tiene ninguna legitimidad para reclamar ninguna contrapartida política a cambio de su disolución". "Otra cosa es que se le ayude a dar esos pasos finales que todavía no han dado, con algunas medidas que humanicen la actual política penitenciaria o con otro tipo de medidas que se vayan tomando, pensando, sobre todo, en las familias de los presos", ha manifestado.

En su análisis tampoco ha olvidado a las víctimas. Para Uriarte, se trata del "el rostro humano más desgarrador de los 50 años terribles de confrontación que hemos vivido". En este sentido, ha recordado que en algunos procesos de otros países las víctimas reconciliadas "han jugado un papel muy activo, a veces, incluso decisivo".

En el ámbito político, Juan María Uriarte ha destacado que la izquierda abertzale ha dado "algunos pasos importantes" y espera que "sigan dándolos" unilateralmente porque tienen "esa responsabilidad, aunque no vean la correspondencia que esperaban por parte de sus interlocutores". No obstante, ha dejado constancia de que todavía hay "demasiado sufrimiento aún vivo y demasiada pasión" como para realizar un discurso "compartido de lo que ha pasado y de todos los derechos humanos violados en el caso vasco".

En cuanto a la petición de perdón exigida a los terroristas, el obispo emérito de San Sebastiá ha recordado que no se puede exigir legalmente, "pero se puede reclamar éticamente". En esa línea ha asegurado que tiene que pedirlo "todo aquel que ha atropellado los derechos humanos de otros", y especialmente ETA. No obstante, ha subrayado que también deben solicitar perdón "los grupos paramilitares y las propias Fuerzas del Orden cuando se han propasado en su respuesta a ETA; quienes han apoyado a la banda o han callado sus abusos"; además de los ciudadanos "que han vivido con pasividad e, incluso, con indiferencia, este capítulo trágico de nuestra historia".