Zapatero pide reconocer la identidad catalana en una nueva Constitución
El expresidente del Gobierno considera que falta diálogo entre Mariano Rajoy y Artur Mas
El libro en el que el expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, explica su gestión de la crisis El Dilema (editorial Planeta), hace muy pocas menciones a Cataluña. Pero con ocasión de la presentación de la obra en Barcelona, Zapatero analizó ayer la situación catalana, una crisis que considera que arrancó en su mandato, con la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto catalán. "El Estatuto da para un libro", bromeó frente a la anterior y la actual cúpula del PSC, con el expresidente de la Generalitat José Montilla y el primer secretario de los socialistas catalanes, Pere Navarro, en primera fila.
Zapatero consideró que la solución al proceso soberanista pasa por una reforma de la Constitución que sirva para reconocer la "singularidad" catalana. "Hay que hacer reformas políticas y en esas reformas políticas hay que incluir la reforma de la Constitución. Cataluña tiene que contar, hay que reconocer su identidad y su singularidad", subrayó el expresidente. La tesis de Zapatero se sitúa en línea de lo que pide el PSC. Una propuesta más ambiciosa de la que defiende el PSOE, cuyo líder, Alfredo Pérez Rubalcaba, es partidario de retocar la Carta Magna para dotarla de carácter federal pero sin diferenciar a Cataluña del resto de comunidades.
El expresidente del Gobierno invitó a su sucesor en el cargo, Mariano Rajoy, y al líder catalán, Artur Mas, a un diálogo público "fuerte e intenso" acompañado de conversaciones discretas. Zapatero opina que el Congreso tendría que dedicar un pleno al proceso soberanista catalán, en el que Mas estuviera presente. "Algo falla cuando al principal problema político que tenemos en estos momentos no se le ha dedicado una sesión larga en la Cámara", lamentó.
El ex presidente del Gobierno sostuvo que el diálogo está pendiente desde la sentencia del Estatuto del Tribunal Constitucional, un fallo que "marcó una fractura en Cataluña". Zapatero no abordó en su momento la situación catalana, según se defendió, por las urgencias de la crisis. Pero el balance que hizo de sus actuaciones en la comunidad fue positivo. "Cumplí muchos de mis compromisos, por no decir casi todos", apuntó Zapatero, que citó la paralización del trasvase del Ebro, la devolución de los papeles de Salamanca o la instalación de la sede del Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones.
Zapatero aseveró que la independencia llevaría a la fractura a Cataluña, ya que en la comunidad conviven independentistas, nacionalistas, federalistas, autonomistas y centralistas. "El gran pacto, en una sociedad plural, debe ser entre autonomistas, federalistas, y nacionalistas", dijo, y deslizó una crítica hacia CiU: "El problema es que los nacionalistas se han desplazado hacia el independentismo, que no es su sitio".
La salida de esta situación pasa por un acuerdo que, según Zapatero, tendrá a los socialistas catalanes como uno de sus protagonistas principales. "El PSC jugará un papel determinante, aunque ahora las encuestas sean difíciles".
El acuerdo en Cataluña llegará, sentenció Zapatero, cuando Rajoy ofrezca un "incentivo" para que la comunidad encuentre un mejor encaje en España. "Es un problema político. Hay que caminar juntos y reconocer lo que es Cataluña. Es muy importante para España", añadió Zapatero, que al iniciar su intervención se había deshecho en elogios hacia la comunidad. "Tengo un sentimiento de admiración a Cataluña, a la sociedad cívica catalana, a su cultura, trayectoria, y a su historia. España necesita a Cataluña y España quiera a Cataluña"
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