La petrolera Pemex adquiere el 51 % del astillero vigués Barreras
Asegura que la operación es "un esfuerzo para la reactivación de la industria naval española"
PMI, empresa filial de la empresa pública Petróleos Mexicanos (Pemex), firmó ayer el contrato por el que adquiere el 51% del astillero vigués Hijos de J. Barreras y ejecuta una operación comprometida la pasada primavera. La petrolera pública mexicana se hace así con la mayoría de capital del astillero vigués por un importe que las partes han evitado cuantificar. A la firma de los documentos de compra en Mexico asistieron José García Costas, en su calidad de presidente ejecutivo del astillero, así como José Manuel Carrera y Carlos Roa, como representantes de PMI y Pemex, respectivamente. Como testigo acudió el conselleiro de Industria, Francisco Conde, quien subrayó que el traspaso del astillero vigués pretende lograr “carga de trabajo” para el sector naval.
En la nota pública la petrolera destaca el “ esfuerzo conjunto” de ambas empresas “encaminado a la reactivación de la industria naval en España” y explica que la compra de Barreras permitirá “desarrollar capacidades en el mediano plazo para la construcción de buques especializados en México, capitalizando así el desarrollo tecnológico del sector naval gallego en la industria petrolera”. Según Pemex, el contrato “refuerza el acuerdo de colaboración firmado entre Pemex y la Xunta de Galicia en mayo de 2012, cuyo propósito es establecer una alianza estratégica en materia de construcción naval”. En aquella fecha, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, anunció la contratación de dos buques hotel (floteles) y varios remolcadores por parte de Pemex a dos astilleros gallegos. Fue un acto oficial retransmitido en directo por las cámaras de la televisión autonómica y la radio pública que, según remarcó entonces la Xunta, ponía fin a la falta de carga de trabajo en las gradas de las factorías gallegas.
Desde entonces, nada se sabe sobre los presuntos encargos que habían sido cifrados en 240 millones de euros: el Gobierno ha evitado mostrar los contratos firmados por Pemex (alega cláusula de confidencialidad) y la petrolera mexicana ha ido retrasando mes a mes la contratación de los buques, cuya adjudicación se fallará siguiendo un proceso de licitación pública en el que participan 11 empresas, nueve mexicanas y dos españolasm Dragados Offshore y la conjunta de Barreras con el astillero público Navantia. Pemex asegura ahora que adjudicará el contrato el 30 de diciembre.
Tanto la oposición política como los sindicatos han acusado reiteradamente a Feijóo de engañar a los gallegos, puesto que los contratos con Pemex fueron una de las principales bazas del PP durante la campaña de las pasadas autonómicas, celebradas en octubre de 2012.
Ayer un millar de trabajadores de Navantia recordaron cal PP on gritos ante el Parlamento gallego aquellas promesas. Su manifestación por el centro de Santiago acabó a unos 100 metros de la puerta principal de la institución, sitiada por un espectacular despliegue policial. Agentes antidisturbios llegaron a cortar tres calles adyacentes al Parlamento, prohibieron el tráfico de vehículos y restringieron el de personas, incluido el de varios diputados a los que los policías frenaron el acceso durante varios minutos a la Cámara por no estar debidamente acreditados. Los manifestantes hicieron una pequeña barricada con cartones a unos metros del cordón policial, lanzaron petardos, profirieron gritos contra Feijóo y la Xunta y marcharon de vuelta para Ferrol.
El alcalde de esta ciudad, José Manuel Rey, del Partido Popular, también anunció ayer su intención de manifestarse (junto a otros ediles populares de su Ayuntamiento y otros de la comarca) para demandar a Navantia que los astilleros puedan “cortar chapa”, algo que habían prometido tanto Feijóo como el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Para ello, Rey prevé flotar un autobús a Madrid. El regidor no participó en las protestas de la plantilla en los últimos dos años, limitó el acceso a los plenos a los que acudían trabajadores del naval y cerró las puertas del Ayuntamiento a las manifestaciones a las que no asistían los populares. Ayer proclamó: “No consentiré una nueva reconversión industrial”. informa Lorena Bustabad.
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