Estreno inesperado y bajo el diluvio
TMB inaugura cinco líneas de la red ortogonal, condicionada por la lluvia y la desinformación de algunos usuarios
“¿Está usted esperando el 28?” le inquiría ayer por la mañana un joven con chaleco y gorra roja a Teresa Cortina. “¡Yo en este no me subo!”, le replicó la mujer. Cortina se quedaba en la parada de Gal.la Placídia esperando a que pasese otro coche de las líneas 22 o 24, que hacen rutas similares. Desde “hace muchos años” esta mujer ha cogido una de estas tres líneas de autobús para ir desde el barrio de Gràcia hasta la plaza Catalunya, y no va a cambiar sus hábitos a pesar que ya puede hacerlo también con la V17, una de las cinco líneas de autobús de la red ortogonal que ayer puso en marcha Transports Metropolitans de Barcelona (TMB).
Desde el pasado 7 de noviembre, 200 personas se dedican a informar a los usuarios de las rutas y frecuencias de las líneas. Tres de ellas hacen su recorrido de forma horizontal: la H8 (Camp Nou - La Maquinista); H10 (Badal - Olímpic de Badalona); H16 (Paral·lel - Fòrum); y dos vertical: V3 (Zona Franca - Can Caralleu) y V17 (Port Vell - Carmel). La inauguración de estas líneas conlleva la supresión de la convencionales 15, 43, 44, 72 y 28, y la eliminación de algunas paradas.
“¿Por qué no te paras?”, le preguntaba con aparente enfado un pasajero a un conductor de la línea V17. Acostumbrado a que la parada de Pau Clarís-Gran Via de la extinta línea 28 se detuviera en el lado sur de la avenida, la nueva ruta lo hace en la norte, lo que ha provocado que el usuario se pasara y se bajase en la plaza Urquinaona. “Antes el 28 me iba bien, ahora este me deja más lejos, ya no lo cogeré más”, aseguró el usuario.
Los conductores se quejan del menor tiempo que tienen para los recorridos
La plataforma para la Promoción del Transporte público celebró el nuevo paso para completar la red ortogonal, pero coincidió con gran parte de los usuarios en quejarse de la falta de información.
Desde el Ayuntamiento aseguran que con el nuevo proyecto, que está previsto que se finalice en 2017 con la puesta en marcha de 18 líneas más, se creará una “verdadera red integrada, más eficiente, comprensible, útil y atractiva”. Para ello, las nuevas líneas tendrán una frecuencia de paso de entre cinco y ocho minutos desde las siete de la mañana hasta las nueve de la noche los días laborables. La frecuencia será menor entre seis y siete de la mañana y entre nueve y 11 de la noche.
TMB informó ayer de que estos tiempos de paso se habían cumplido a pesar del “intenso tráfico”, provocado por la lluvia que cayó durante todo el día. Esta fue una de las bondades del nuevo servicio que ayer destacaban los pasajeros. “Antes me esperaba entre 15 y 20 minutos, ahora pasa un autobús cada poco tiempo”, se felicitó Sara Vila, estudiante de 20 años.
La obsesión por el tiempo de paso provocó que durante el día de ayer se vieran escenas como dos autobuses de la línea H16 pasando en menos de un minuto. Un conductor de la nueva ruta, que prefiere mantener el anonimato, explicó que la acumulación de vehículos se debe a la reducción del tiempo que tienen para hacer el recorrido. “Ahora tengo 33 minutos para ir desde el Paralelo hasta Diagonal Mar”, se quejó. Según el trabajador de TMB, esto provoca que se gasten recursos, porque los vehículo van vacíos, y retrasos, ya que cuando llegan al final de su ruta no tienen tiempo de parar y coordinarse con el coche que les precede.
Desde TMB afirmaron que es “normal” que se pierda “regularidad” cuando se trabaja con frecuencias tan reducidas. Además, aseguraron que los tiempos calculados para cada ruta se podrán modificar en un futuro, aunque matizaron que todo se tendrá que observar en una jornada sin “tanto tráfico” y sin lluvia.
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