Casanova y Drácula ‘actúan’ en Temporada Alta
El festival de teatro programa la última película del director Albert Serra
De blanco a negro, de la luz a la sombra, de la razón al oscurantismo. Del cambio de paradigma en la transición del siglo de las luces al del romanticismo gótico nos habla el director catalán Albert Serra en su última película, Història de la meva mort,que tras haber ganado el Leopardo de Oro en el festival de Locarno se presenta hoy en el cine Truffaut de Girona. El filme inaugura así el festival de teatro y artes escénicas Temporada Alta, siendo la primera vez que se incluye una propuesta cinematográfica en el programa principal del certamen. “El cine alimenta cada vez más al teatro cuando antes era al revés”, argumentó ayer el director artístico de Temporada Alta, Salvador Sunyer, justificando este casamiento del festival con el séptimo arte. El filme de Serra se estrenará el 23 de octubre en la Filmoteca de Catalunya y a principios de diciembre en las salas comerciales del país.
La película narra un episodio inventado de la vida del seductor Casanova, que durante un viaje hacia el sur en sus últimos días de vida verá cómo su mundo de racionalismo y sensualidad ligera sucumbe ante uno más oscuro y violento, encarnado en la figura de un estandarte del romanticismo del XIX como Drácula. “La idea era poner dos imaginarios en escena”, aclaró Serra durante la presentación del filme. El catalán, autor entre otros del largometraje de 120 horas Els tres porquets, se había puesto como reto “conseguir que las imágenes transmitieran ideas filosóficas más bien abstractas, pero que salieran de forma espontánea y natural, sin que quedara pretencioso”. Serra negó, no obstante, que los actores improvisaran, pese a reconocer que la película presenta ciertas ambigüedades en el guion que pueden confundir al espectador. “Contra el término improvisación siempre prefiero usar el de performance, conceptualmente más cerrado e intenso, aporta más energía”, puntualizó, para rematar que “esta es una película profundamente ideológica construida a través de la estética".
El poeta y museólogo Vicenç Altaió, que encarna a Casanova, elogió el proceso creativo de Serra durante el montaje de la película, calificándolo de “un tipo de construcción que recuerda al que Joyce trabajaba en sus novelas, o al perfectismo del mejor Barça haciendo una de sus jugadas redondas”. Altaió negó ser el protagonista del filme, pese a interpretar al personaje principal, argumentando que “en este tipo de cine el protagonista es el mismo autor, en este caso Albert Serra”, ya que los actores no son más que “la masa de pizza que el artista modela a su gusto”. Altaió alabó asimismo la figura histórica del propio Casanova en tanto que arquetipo presente en la tradición de varios pueblos mediterráneos: “de catalanes a venecianos, todos tienen algo de Casanova, esta figura que seduce, persuade, engaña. Y no obliga, como el Don Juan del imaginario español”, se aventuró.
Serra hizo especial hincapié en lo novedoso de la presentación comercial de la película, que quiere ser una alternativa más viable al simple estreno convencional en sala. “Estamos realizando una serie de actos presentando el filme, explicándolo y enmarcándolo, estimulando la curiosidad del público”, detalló el director, “y el mismo día que se presente en los cines se emitirá en la TV-3 y saldrá a la venta en DVD”.
Respeto al premio ganado el pasado agosto en Locarno, Serra declaró que “a nivel personal més es más bien indiferente”, pero admitió la ayuda que un reconocimiento así supone en términos de márketing, distribución y difusión de la película. “En realidad fue una sorpresa y un honor ganar el de Locarno, aunque sé que la concesión de premios en festivales es totalmente aleatoria”, opinó. También en el Festival Internacional de Toronto la película de Serra tuvo un buen recibimiento, según el director, quien afirmó con optimismo que “se iba de la sala mucha menos gente de lo normal y, en general, el público la soportaba mejor de lo habitual”.
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