Los investigadores confirman que Asunta no era la heredera de sus abuelos
Ninguna evidencia por ahora de que el móvil del crimen fuese económico
La Guardia Civil ha consultado el testamento de los abuelos de la niña de 12 años Asunta, que apareció muerta el pasado domingo cerca de Santiago, y ha podido comprobar que la pequeña no era la heredera principal del patrimonio de sus abuelos, ambos fallecidos, con pocos meses de diferencia, entre 2011 y 2012. Las propiedades de la pareja fueron íntegramente legadas, ya en 1975, a su única hija, Rosario Porto, detenida como principal sospechosa del crimen. El abogado de Porto, Juan Guillán, explicó a este diario que se ha comprobado que así figura en el testamento, que también ha sido consultado hoy mismo por los investigadores de la Guardia Civil. Los agentes de este cuerpo han requisado el original de ese documento en el registro efectuado hoy en casa de Porto.
Diversos medios de comunicación venían especulando insistentemente en las últimas horas con la posibilidad de que el móvil del crimen fuese económico a partir de que se extendió el bulo de que los padres de Porto habían dejado sin herencia a su hija para cederla a la nieta. La comprobación del testamento cierra, por ahora, esa posible línea de investigación.
Este periódico ha comprobado que en el Registro de la Propiedad de Santiago figuran a nombre de Rosario Porto un piso en la calle Montero Ríos, donde su padre tuvo durante años su bufete de abogados, y una plaza de garaje en General Pardiñas, que es la que la mujer sigue utilizando habitualmente. Pero además hay otras propiedades que siguen inscritas a nombre de su madre, Socorro Ortega, en los Registros de la Propiedad de Santiago y de Vilagarcía de Arousa. Ninguna de esas dos oficinas ha podido detallar de momento las propiedades concretas.
Una de estas últimas es previsiblemente un gran caserón a las afueras de Santiago, ya en el municipio de Teo, construido en su día por el padre de Porto y donde esta fue vista sobre las nueve de la noche del sábado, la misma hora en la que murió la niña, según los análisis forenses. Allegados a la abogada y principal sospechosa explicaron que Porto llevaba comentando desde hace tiempo su deseo de deshacerse de esa casa - a la que la familia acudía muy poco- y que, de hecho, la llegó a poner a la venta pero no encontró comprador. Personas próximas a la familia explicaron que los padres de la sospechosa también tenían otra casa en Vilanova de Arousa, un municipio cuyas propiedades se inscriben en el registro de Vilagarcía.
El Tribunal Superior de Galicia ha emitido además dos comunicados a lo largo del día de hoy para negar que se estén investigando otras muertes en relación con este mismo caso. La precisión se produjo ante las crecientes especulaciones sobre la posibilidad de que la Guardia Civil y el juez abriesen una indagación oficial sobre las circunstancias de los fallecimientos de los padres de Porto. Ambos, ya octogenarios, fueron encontrados muertos en su casa en muy poco espacio de tiempo: Socorro Ortega, catedrática de Historia del Arte de la Universidad de Santiago, en diciembre de 2011, y su marido, el abogado Francisco Porto Mella, en julio de 2012.
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