Azkuna recuerda que PNV y PSE han ido de la mano en tiempos de guerra y de paz

El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, ha vuelto a su sillón en el pleno. Lo ha hecho después de cinco meses de ausencia de la vida municipal, aunque ha mantenido un puntual contacto con las personas que son su referencia dentro de la Corporación como Andoni Aldekoa, José Luis Sabas, Ibon Areso e Ibone Bengoetxea. Con todos ellos ha aparecido apoyado en una silla de ruedas.

La presencia de Azkuna se antojaba clave para sacar adelante algunos puntos del orden del dia que el PNV entiende imprescindibles para su gestión. Sin el voto del alcalde corría el fundado riesgo de sufrir otro parón en sus propósitos.

Al comparecer ante el pleno, el alcalde se ha referido al acuerdo entre nacionalistas y socialistas. Lo ha entendido con absoluta normalidad porque "han ido muchas veces de la mano, en la guerra y en la paz, en la cárcel, en el exilio y en las trincheras".

Durante el primer pleno que da inicio al curso político, el alcalde ha recordado que "sólo hace falta subir a Artxanda y leer el monumento, y es legítimo que, en estos momentos, podamos pactar", ha indicado. Asimismo, ha recordado que, en el caso de la recalificación del solar de Panera, él mismo pidió el voto al portavoz de los socialistas en el Consistorio, Alfonso Gil, al estar él enfermo y no poder asistir a un pleno anterior, "porque en el Parlamento se intercambian argumentos e ideas".

Lo primero que ha hecho Azkuna es saludar a los periodistas y preguntarles: ¿ya vivís?", demostrando que no ha perdido su sentido del humor. Posteriormente, ha saludado a la Corporación municipal.

De esta forma, Iñaki Azkuna, preside el pleno tras cinco meses apartado de la vida municipal, al haber tenido que pasar varias veces por el quirófano. Con su asistencia a la sesión plenaria, Azkuna da inicio al curso político de la capital vizcaína en una jornada en la que su voto resulta imprescindible para sacar adelante dos temas de urbanismo, cuyo debate se ha pospuesto durante meses, ya que no contaba con el apoyo de la oposición para aprobarlo, como son la ordenanza que regula la instalación de centros de culto y la recalificación del solar de Panera.