“Ojo a que la revisión de la LTH no arrumbe los derechos históricos”
El 'lehendakari' afirma que asumió "el riesgo de evitar la disolución del Parlamento y de convocar elecciones"
Iñigo Urkullu admite que este fin de semana lo dedicará a reflexionar sobre el nuevo tiempo que arranca tras el pacto alcanzado por el PNV y el PSE-EE. Mientras, no se olvida del desplante de Confebask, fía a una nueva generación la posibilidad de llegar a un acuerdo sobre el pasado reciente de este país y avisa del riesgo que comportaría la revisión de la LTH.
Pregunta. ¿Se equivocó cuando decidió gobernar en solitario?
Respuesta. No. Nosotros hicimos un ofrecimiento en 2009 al PSE. Planteamos desde la oposición acuerdos de estabilidad institucional, como dije en el debate de política general. Le ofrecí diversos ámbitos de acuerdo al lehendakari López, y en esta legislatura, también con quien primero nos sentamos fue con el PSE con unas bases que ofrecemos. Hay que ser honesto y decir que al punto de que hemos llegado ha sido por voluntad de dos, sí, pero con documentos que el PNV una y otra vez ha ido poniendo sobre la mesa...
P. Pero no hubo propuesta de gobierno...
R. Hubo un ofrecimiento de estabilidad institucional. Fue requerido por si era para un gobierno de coalición, pero se nos dijo que no, que en aquel momento el PSE no estaba para esas cuestiones. No es que acertara o me equivocara. Es que las circunstancias hicieron que no era posible gobiernos de coalición con PSE ni con la izquierda abertzale porque no se mostró dispuesta. No había alternativa entre ninguna de las fuerzas políticas. No había acuerdos para gobiernos de coalición. Había que asumir con decisión y valentía que no podíamos estar abocados a una disolución del Parlamento sin haberlo constituido o a unas elecciones anticipadas y había que intentar dar pasos, desde la consciencia de la debilidad, de que veníamos de la tensión de una legislatura anterior. Yo asumí ese riesgo, apechugando lo que han sido estos meses.
P. ¿Cuándo decidió que así no podía seguir?
R. Mi voluntad ha sido siempre la del acuerdo desde mi discurso de investidura, constatando que no era posible y he trabajado para ello. Cuando se presenta el proyecto de los Presupuestos, que luego se retira, presenté un documento de bases a las formaciones políticas, intentando ámbitos de acuerdo. Si alguno ha pretendido que el Gobierno vasco del PNV mordiera el polvo de reconocerse en su debilidad de sentirse en minoría con la retirada de los Presupuestos no tengo a nada que decir. Pero no he cejado en el empeño. Más fácil habría sido como lehendakari que al no haber mimbres, disuelvo el Parlamento y convoco elecciones anticipadas. No lo hice. Creo en el acuerdo.
P. Como nacionalista, ¿le ha costado dar el paso para entenderse con los socialistas?
R. No. No está reñido porque cada uno tengamos un sentido de pertenencia o sentimiento de identidad para fijar un acuerdo sobre las necesidades de la sociedad vasca. Ni antes lo tuve como presidente del PNV en negociar con el PSOE o en ofrecerme al PSE cuando estaba gobernando y rechazó un gobierno de coalición a propuesta nuestra.
P. ¿También cree como la presidenta del BBB que la afiliación del PNV debe mimar el pacto?
R. Se entiende cuál es el principio de realidad y de pragmatismo que tiene el PNV, sabiendo ubicar cuál es la defensa de sus ciudadanos sin renunciar a sus principios ni a su dignidad.
P. ¿La futura presión fiscal le volverá a distanciar de los empresarios vascos?
R. No lo creo. Algunos titulares han podido condicionar la interpretación de empresarios que están muy condicionados por el estadio de un acuerdo suscrito entre PNV y PSE y que aún tiene que concretarse en las normas que se aprueben en las Juntas Generales. En todo caso, en el IRPF o en el Impuesto de Sociedades los marginales siguen siendo inferiores a los más altos del Estado español.
P. ¿Ha vuelto a hablar con Confebask desde el 7-J?
R. El Gobierno está hablando. Yo he tenido algunos ámbitos de encuentro con personas de Confebask, pero no he hablado como lehendakari. Es el consejero de Políticas Sociales por lo que fue la mesa de diálogo y el esfuerzo por el que queríamos llegar a un acuerdo, quien está manteniendo encuentros para retomar esa vía de diálogo.
P. A José Luis Bilbao le dolió el portazo de Confebask al lehendakari. ¿A usted?
P. Sí, sí, lo digo claramente. Hicimos un verdadero esfuerzo antes de llegar al 5 de julio cuando se reunía el Consejo de Relaciones Laborales y cuando íbamos a presentar la propuesta. Habíamos trabajado con los sindicatos que así lo quisieron, UGT, CC OO y LAB. Teníamos una base suficiente para el acuerdo interprofesional. Personalmente lo había trabajado con Confebask y las patronales territoriales y desgraciadamente en la reunión del CRL nos encontramos con lo que nos encontramos.
P. ¿Teme un otoño caliente justo ahora que empiezan a mejorar algunos datos económicos?
R. Hay muchos trabajadores con la negociación del convenio pendiente. La pérdida de aquella oportunidad del 7 de julio supone no solo la ultraactividad sino una posibilidad de negociación marcando la fecha de final del año, en negociaciones que se estaban dando y que curiosamente se siguen dando. Me quiero quedar con que la mayoría de los sindicatos y de la representación de patronal tienen el propósito de no hacer o caer en barbaridades, pero aquella frustración derivó en que no existe un marco propio de relaciones ni ámbito vasco ni de convenios territoriales que sirvan de referencia para la pequeña empresa...
P. ¿Quién tuvo la culpa?
R. La propuesta que hacíamos como gobierno era muy realista y posibilista y avalada por la disposición de tres de los cuatro sindicatos mayoritarios.
P. ¿Confía de verdad en incorporar a EH Bildu al pacto?
R. EH Bildu sigue siendo una incógnita en el ejercicio de la política del día a día, aunque es Bildu quien tiene una responsabilidad ejecutiva en muchas instituciones, como la Diputación de Gipuzkoa, donde su manera de hacer política lleva a una dinámica de judicialización permanente de lo que ha sido la gestión en legislaturas anteriores y lo cual tensiona. Estando en solitario en la Diputación de Gipuzkoa, Bildu no hace caso a una oposición que es mayoritaria. Es su manera de hacer política.
P. Le vi serio con Arantza Quiroga en el debate del jueves. ¿Hay tensión con el PP o responde a la actitud de Rajoy?
R. No tanto por la actitud de Rajoy. Mi relación con el presidente español siempre la conoce el PP vasco, como la conocía el PSE, al menos por mi parte. Lo que me molesta es que se nos ponga como ejemplo la marca España cuando es evidente que somos una cosa diferente. No se puede poner como referencia la marca España cuando los propios empresarios están preocupados por la imagen de España en el exterior. Me duele la utilización permanente en cuanto al compromiso ético del lehendakari y del gobierno aduciendo una supuesta equidistancia por lo injusto que es. Me duele que olviden que el PP apoyó al PSE la pasada legislatura y que por intereses rompieron y que ahora después de aquella unión están tirándose los trastos a la cabeza y nos quieren hacer al PNV paganos de esa relación. Me duele y por eso elevo el tono, pero procuro ser lo más cortés posible.
P. ¿Álava juega por su lado en la cuestión tributaria o es una táctica negociadora del PP?
R. Es una táctica. El diputado general de Álava o el PP saben que no pueden ir en solitario ante la dinámica del PNV y del PSE. Además, no puede ir a contracorriente de la dinámica del PP en el conjunto del Estado. Se lo dije a Quiroga, que no venga con la crítica a la subida de impuestos cuando lo están subiendo en España. Tenemos que llegar a un pacto fiscal teniendo en cuenta la situación de la economía y Álava no puede quedar como una isla, ni va a quedar.
P. ¿Se imagina una reforma del entramado institucional, o de la propia LTH?
R. Sí. Lo he dicho mucho antes: yo no tengo temor a la reforma de la LTH y lo saben en el PNV en las reflexiones que hemos hecho. Es revisable cualquier texto y también la LTH a la luz de las circunstancias que se dieron hace 30 años y se dan ahora. Pero ¡ojo!, también he advertido de que la relectura de la LTH no comporte una modificación constitucional y que arrumbe con los derechos históricos recogidos en la Constitución española.
P. ¿Llegará el día en que este país se ponga de acuerdo sobre su pasado reciente?
R. Creo que será otra generación la que pueda llegar a ese acuerdo. Pero sí creo que nosotros, nuestra generación dejaremos ese legado bien encauzado para que una generación que está, que vive, pueda hacerlo.
P. ¿Qué influencia tiene la figura de Jonan Fernández en la falta de adhesiones que ha conseguido su Plan de Paz?
R. Es obvio que iniciamos la legislatura con una posición contraria por parte de alguna formación política a que Jonan Fernández fuera secretario de Paz y Convivencia. Me dolió mucho. Si alguien refleja lo que es un compromiso ético y la evolución de unos pensamientos a lo que es la interpretación de la sociedad vasca tal y como es en base a su código ético, es Jonan Fernández. Ha ido hacia una evolución incluyente desde una apuesta por el diálogo. Jonan Fernández no tiene nada que demostrar. ¿Si ha podido condicionar el trabajo de este Gobierno? Eso otros lo dirán. Ha tenido que superar situaciones incómodas. Está teniendo relación con los grupos, con las víctimas y vamos a seguir en ese objetivo de inclusión.
P. Una curiosidad final. ¿El cargo de lehendakari es como se imaginaba, o peor?
R. Ya me lo imaginaba porque he vivido una relación estrecha con los lehendakaris Ardanza e Ibarretxe en las circunstancias que les tocaron vivir y no fueron situaciones placenteras. Algo de conocimiento ya tenía. Lo sufres en tus propias carnes, pero es una opción voluntaria y hay que saber gestionar las circunstancias y hacerlo con la mayor convicción y fe en que representamos a una sociedad que tiene unas necesidades y un objetivo de un futuro mejor.
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