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LA CRÓNICA DE BALEARES
Crónica
Texto informativo con interpretación

Determinado político reo

Llorenç Casasnovas entra para estrenar el centro penitenciario de Menorca, es el primer político preso por corrupción en la isla

Desde Ciutadella de Menorca Llorenç Casasnovas va a la cárcel de Mahón. Es el primer político local usuario recluso del nuevo edificio penitenciario. Casanovas es un corrupto con condena firme de la Audiencia de Palma de Mallorca. Su petición de indulto ha sido denegada por el Gobierno y ello redunda sobre la negativa del tribunal a su solicitud de suspensión del cumplimiento de la pena. Es mínima, un año, pero carga con otras condenas del pasado.

La Audiencia rompió un clásico que estipulaba que los condenados que no superan las condenas de dos años de prisión —sin antecedentes— no cumplían en la cárcel. Casasnovas pactó con el fiscal una sentencia de conformidad, se reconoció culpable pero nunca se vio entre rejas. Personaje singular tiene epígrafe propio la historia de Menorca.

Inventó el Partit Menorquí (PMQ), derecha populista y personal aparato de poder para pactar con el PP o incordiar. Con un apretón de manos se hizo socio y logró la concejalía de Urbanismo de Ciutadella. Está condenado por fraude y falsedad documental, en una típica maniobra local y clandestina de compra barata de un solar (Ses rates), mediante hombres de paja, para la permuta con patrimonio municipal.

El denunciante, quien vendió al testaferro de Casasnovas, murió en 2005. Le birlaron la finca, presionándole con advertencias desde el entorno del reo de que sería multado con 8.000 euros, por suciedad y roedores en el solar. PSOE y PSM pararon el negocio de Casasnovas. La acusación del asunto de ses rates se sustanció con una petición de 21 años de cárcel por el fiscal y la acusación particular, socialistas y nacionalistas. El abanico de delitos clásicos de corrupción, tras ocho años de instrucción por tres jueces, y quedó reducido a penas máximas de un año y medio, con la conformidad de todos los acusados.

En el mismo banquillo quedó embarcado otro veterano, el expresidente del PP de Ciutadella y también exresponsable de Urbanismo en la localidad, Avel·lí Casasnovas. Con apellido idéntico, socio político y en la trama del otro Casasnovas (Llorenç) mereció una pena de tres meses de cárcel, conmutada por multa de 540 euros, por cooperador necesario en el fraude.

Anticorrupción cerró otra investigación con hechos probados y culpables en la “historia interminable” del tema ses rates, 2005-2013. Avel·lí Casasnoves, ex exlíder del PP local pero tiene otro capítulo abierto, en 2011 fue detenido relacionado por la supuesta corrupción en contratas municipales. Imputado, le asistió la abogada y exconcejal Joana Maria Camps, la actual consejera de Educación.

El otro, Llorenç Casasnovas, es un tipo de los que no se olvidan, rostro comprimido con traza repetida de duro y raro marginal de serie b. Es procaz y rico. Va a la cárcel con esa pena mínima de un año y pese al pacto con la convicción de quedar exento de peligro. Cae porque tiene antecedentes penales no caducados, vivos. Está preso por aquella pena y el peso de otras.

La Audiencia de Palma y la de Barcelona aplican un criterio nuevo. Con penas de un año y menos no es automático eludir su cumplimiento. Pesa la biografía penal del delincuente.

El exlíder del Partit Menorquí, retador de sus contrincantes, fue condenado por sentencia firme de 2004 a un año de inhabilitación para empleo o cargo público y, además, a dos años de multa por un delito contra la ordenación del territorio. En 2005 cargó con otra pena de doce meses por delito de desobediencia a las autoridades o funcionarios.

Reo de la cárcel de Mahón, Llorenç Casanovas, el día del juicio de ses rates en Palma su postura recordaba una gárgola la Seu. En el patio de la Audiencia se acercó a otro acusado amigo y hablaron de la familia. Recordaron juergas pasadas y citas pendientes, con hermanos. Al trabar el negocio subterráneo del solar de las ratas estableció un socio tapado, un alter ego, lejos pero a la vista de su casa de Ciutadella, en Capdepera en la costa de Mallorca. Puso su dinero a recaudo con el mar de por medio.

Descarado y más, en 2003, exhibió en público sus atributos a un miembro de la oposición, para ofenderle por sus críticas. Aquel le denunció. En otra ocasión orinó en público. “Especial penosidad” y “elevada peligrosidad criminal” del sujeto; palabras de jueces.

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