A Coruña rinde tributo al cine gore de Toñito Blanco
El Freakemacine conmemora los veinte años del estreno de “La matanza caníbal” e invadirá de zombies la ciudad
A Coruña está siendo a lo largo de esta semana la ciudad del terror y los zombies. Desde este lunes varios espacios de la ciudad acogen el festival Freakemacine, el festival de cine Fantástico y de Terror de A Coruña, que celebra su cuarta edición. Los espectadores pueden asistir a una completa programación, con cortos, películas, documentales, presentación de libros y actividades, hasta el próximo domingo, que finalizará con el acto central del festival: el homenaje al singular cineasta coruñés Toñito Blanco (1964-1994).
El tributo se rinde para conmemorar los veinte años del estreno de “La matanza caníbal de los garrulos lisérgicos” (1993), una de las escasas muestras de cine gore galaico, muy venerada por los aficionados al género. La obra, codirigida por Ricardo Llovo, supuso el debú y la irrupción de Antonio Blanco en los festivales, donde el director coruñés compartía ilusiones y confidencias con cineastas de su generación como Santiago Segura, Alex de la Iglesia o Juanma Bajo Ulloa. Todos ellos empezaban a principios de los noventa a despuntar con sus primeras obras. “Llegábamos algo asustados a los festivales y de repente irrumpía Toñito, con un traje amarillo que deslumbraba, rodeado de chicas despampanantes y con los vídeos de su peli para vender. Todo el público se iba hacia él pensando que era una estrella, pero era un “matao” como nosotros que estábamos empezando, solo que con mucho sentido del marketing”, bromeaba Bajo Ulloa en el pasado Festival de Cans recordando algunos de los episodios que compartió con Antonio Blanco, un guionista que vivió muy rápido, al ritmo de una estrella del rock. “Toñito era un buen tipo y muy brillante, pero no era difícil intuir que aquel ritmo de vida lo iba a llevar directo al cajón”, declaró Bajo Ulloa en un coloquio, ya con la distancia de los años.
“La matanza caníbal”, que se proyectará el domingo a las 18,30 horas en el Macuf, narra las vicisitudes de unos jóvenes que al regreso de un concierto acaban en la casa de la delirante familia Machado. A partir de ahí, se suceden un festín de secuencias de sangre, vísceras y amputaciones con rugidos de motosierras amenazantes, que hacen las delicias de los adictos al cine gore, atraídos por el lema del cartel: “A los Machado le gusta tanto la gente que se la comen viva”. Además de ser uno de las escasas obras de “gore galaico”, la película, que costó 350.000 pesetas de la época supuso también un paso en nuevas vías de financiación. Blanco fue un precursor del ahora manido crowfunding, y de sablear al amigo, básicamente sus colegas de trabajo en la TVG, cuyos nombres salen al final de la película, que van desde guionistas hasta presentadores como Xosé Ramón Gayoso, que también aparece como aportador. “Además de aportar, estaba todo el día metiéndole películas en sobres acolchados para mandar a los festivales”, recuerda su amiga la guionista Ana Cermeño, en el documental “Só, perdido y vicioso”, que se podrá ver este domingo en el Freakemacine.
“La matanza caníbal”, fue también el debú cinematográfico de una serie de actores y músicos que después tendrían un papel destacado en la escena audiovisual y musical. Actores como Manuel Manquiña, Juanillo Esteban o Teté Delgado, que domingo cerrará el festival con su banda de rockabilly “Los Ciclones”, o músicos como Silvia Superstar, Julián Hernández o César Strawberry estaban entre el reparto.
Además del homenaje a Antonio Blanco, el Freakcinema ha dedicado a lo largo de estos días también un reconocimiento especial a Jess Franco, gran icono del cine gore español, con más de doscientas películas filmadas y un Goya honorífico. “Jess Franco se había comprometido a venir este año al festival, pero desgraciadamente falleció en Abril y ya no pudo ser”, comenta María Núñez, codirectora del certamen junto con Tonecho Otero, que añade que “una de las ideas es homenajear al cine de género español de los años setenta”. En ese marco, es donde Jess Franco ha dejado huella como cineasta gore, y también como fecundo precursor del cine low-cost, grabando hasta media docena de películas al año en diversos países diferentes. Poco antes de morir, recordaba en una entrevista que sus productores le recomendaron firmar con pseudónimo “para no saturar el mercado”. Esta noche a las 23,00 horas se proyectará en los cines Filmax la última película de Jess Franco, “Al Pereira vs. Alligator Ladys” (2012), que se estrenará en Galicia, con la presencia del actor Antonio Mayans y el productor Ferran Herranz. Previamente, desde las 18,15 horas, en el Cgai se podrán visionar los cortometrajes internacionales a concurso, procedentes de países como Israel, Islandia, Estados Unidos o Canadá.
Y mañana sábado, después de una matinal dedicada a los niños, tendrá lugar otro de los eventos estrella del festival, la “zombie walk”, donde una multitud caracterizada de zombies recorrerá la ciudad desde las 19,00 horas entre la Plaza de Lugo y la Plaza de Azcárraga, incluso con la oportunidad previa de “zombificarse por expertos maquilladores”, como ofrecen en la web del festival. “Esperamos reunir unos 300 participantes y que sea un evento muy vistodos en la ciudad”, dice María Núñez, codirectora de este festival participativo repleto de actividades para todas las edades, que no recibe ni un euro de apoyo público y tiene un presupuesto irrisorio que no llega a los 10.000 euros, conseguidos con aportaciones de empresas privadas. Pero lejos de achicarse, María Núñez lo tiene claro: “queremos ser el festival de referencia del cine fantástico en Galicia”. Que así sea y que los zombies sigan saliendo a la calle por muchos años para celebrarlo. Jess Franco y Toñito Blanco seguro que se lo habrían pasado muy bien.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.