“Nadie del PP me ha recriminado nunca honrar al franquismo”
El regidor ourensano, Senén Pousa, es admirador del dictador y presume de ello
A Beade se llega por la calle Caudillo. No es la única loa al dictador que atesora este minúsculo municipio gallego rodeado de viñas. Una gran foto de Franco preside el despacho del alcalde, convertido en un pulcro santuario del régimen. Allí conviven la bandera de España con la figura del dictador, estanterías repletas de libros sobre su vida, el escudo preconstitucional del águila y hasta un pequeño altar en el que hay botellas de vino con la cara de Franco, Fraga o el logo del PP en las etiquetas. Incluso hay una foto de Aznar firmada. No hay imagen del Rey, aunque sí está colgada en el piso de arriba.
El regidor, Senén Pousa, es franquista y presume de ello: "Jamás en la vida nadie del partido me ha dicho nada por pensar así. Y mejor porque no acepto imposiciones". Sin embargo, no está de acuerdo con los miembros de Nuevas Generaciones que ensalzan simbología fascista: "Estas cosas que hacen los jóvenes no me gustan nada y está bien que los expedienten". El vicesecretario de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons, afirmó en agosto que "quienes cometen la estupidez de fotografiarse haciendo gestos nazis o fascistas no merecen formar parte del partido", pero la reprimenda pasa de puntillas por Beade. Fuentes de la dirección del PP de Galicia aseguran “desconocer” qué tiene Pousa en el despacho. “Nuestra postura quedó clara en el Parlamento con una condena expresa al franquismo”, matizan. El alcalde insiste: “Si me dijeran algo, seguramente me iría. No consiento que me recriminasen mi forma de pensar”.
Durante décadas, cada 20 de noviembre celebró una misa en honor al dictador y “nadie del PP se opuso jamás”. Ahora ya no convoca el acto. “Dejé la misa porque venían los de AMI [organización política independentista] a montar lío a la iglesia". También pagó de su bolsillo esquelas en honor a Franco, Primo de Rivera y todos los caídos. "Yo no obligo a nada. Quiero llevarme bien con todos. Respeto mientras no se metan conmigo" dice Pousa. Sin embargo no está contento con algunos compañeros de filas porque “el partido no debería renegar de la historia”. Afirma que “hay mucha gente en el PP que respira igual que yo, pero luego no dicen nada". Pousa es miembro de la Fundación Franco y está orgulloso de la visita que la hija del dictador hizo a su pueblo. En segundos rescata varias fotografías en la que posa junto a Carmen Franco, Isaac Vila [otro histórico exalcalde del PP gallego] y varios miembros de la familia del Conde de Fenosa durante una comida. "Hay mucha gente que habla de algunas barbaridades que se hicieron en 1934 y culpa a Franco. Joder, de aquellas era un simple militar. Hay que hablar con propiedad. Su mayor error, una barbaridad, fue ir a la Guerra Civil" relata. No obstante, insiste en que no se puede eliminar la historia de un plumazo: “Hay que dejar las cosas buenas y borrar las malas, pero quitar nombres de calles que ya estaban ahí puestos son venganzas cerdas".
De trato amable y campechano, lleva en la alcaldía cuatro décadas. Habla siempre en gallego, saluda a todos los vecinos por su nombre y en pocos minutos arranca alguna sonrisa: “si me llaman y estoy con uno del PSOE o el BNG, que también son mis amigos, dejo que suene un rato para joderlos [risas]". Y es que el tono de su teléfono es un sonoro Cara al sol versión vocal. Tampoco está contento con algunos compañeros de ideología porque cree que a Franco se le trató “más mal que bien” al morir. “Muchos que vivieron muy bien gracias a él, renegaron después. Eso está muy feo" asiente. Su discurso es tan claro como sus ideas. "Corrupción hay en todos los partidos. El que las hizo que las pague, pero todos se financian con dinero de empresas a cambio de obras. Nadie regala nada. Y todos enchufan a los suyos". Es un jubilado por la agraria que lleva en política toda la vida sin cobrar salario como alcalde. Tiene el carnet número uno de Alianza Popular en Ourense y otro rojigüaldo de la asociación de amigos de la bandera española. A sus 74 años, no piensa dejar la alcaldía, aunque tiene claro que no tendrá herederos políticos: "El franquismo murió con Franco, así que no creo que su foto colgada moleste a nadie. El día que yo me marche de aquí sacaré todas las cosas".
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