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El ERE de Bankia afecta a 809 trabajadores en Cataluña

128 trabajadores han dejado ya la entidad de forma voluntaria

Lluís Pellicer

El sector financiero es este año uno de los más activos en la destrucción de puestos de trabajo. La dirección de Bankia comunicó ayer a los sindicatos que el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en marcha en Cataluña afectará a 809 empleados, de los cuales 128 ya han dejado la entidad de forma voluntaria, según explicaron fuentes sindicales. Además, se cerrarán 259 oficinas, de las que 51 ya han sido clausuradas. En algunas provincias, como Tarragona o Lleida, la presencia de la entidad será prácticamente testimonial.

En el conjunto de España, el ERE de Bankia, controlada por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) supondrá el despido de 4.500 trabajadores. El acuerdo firmado con los sindicatos fijaba indemnizaciones de 30 días por año trabajado con un tope de 22 meses para los empleados que dejaran la entidad voluntariamente. El resto recibirá entre 16 y 18 meses. El plazo para las salidas voluntarias, aseguraron ayer fuentes sindicales, culminará en diez días. Algunos trabajadores, además, podrían beneficiarse de alguna medida de movilidad hacia otra comunidad, lo cual podría reducir el número de salidas.

Recorte por provincias

La red de Bankia en Cataluña es sobre todo heredera de la que tenían Caixa Laietana, Caja Madrid y, en menor medida, Bancaja. Por provincias, Barcelona perderá 193 oficinas, lo cual supone un descenso del 59%; Girona, 29, (74,7%); Tarragona, también 29, (93,5%), y Lleida, ocho sucursales, el 72,7% menos. En el caso de Tarragona, la entidad solo tendrá dos oficinas abiertas.

El representante de CC OO en Bankia, Víctor Fernández, expresó su estupor por el cierre masivo de oficinas en Cataluña. “No es lógico que una entidad de ámbito nacional realice una reducción tan dura en una comunidad autónoma como Cataluña, donde la banca apuesta por mantener o aumentar la red”, afirmó Fernández.

Como en el caso de CatalunyaBanc, los sindicatos critican que los planes de reestructuración inspirados por Bruselas busquen compensar la competencia entre entidades en lugar de buscar la eficiencia. Las centrales recuerdan, además, que las antiguas cajas ya sufrieron reducciones de plantilla tras las sucesivas rondas de fusiones.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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