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La Sareb toma la plaza de Catalunya

El ‘banco malo’ asume el préstamo de la antigua sede de Banesto El sector da por hecho que el edificio acabará en sus manos porque el dueño está en quiebra

Lluís Pellicer
A la derecha, la antigua sede del Banco Español de Crédito, en Barcelona.
A la derecha, la antigua sede del Banco Español de Crédito, en Barcelona.Toni Ferragut

Tal vez es el edificio que mejor expresa el frenesí especulativo que vivió la ciudad de Barcelona durante la burbuja inmobiliaria. La antigua sede del Banco Español de Crédito (Banesto), ubicada en la plaza de Catalunya, fue uno de esos caramelos por el que se peleaba el sector. En poco más de dos años, el inmueble cambió de manos tres veces y se encareció el 70%. Por él llegaron a pagarse 110 millones de euros. Sus sucesivos propietarios idearon un hotel con una discoteca en la que fuera la caja fuerte del edificio y luego 70 viviendas de lujo. Diez años después de su primera compraventa, el inmueble sigue vacío y, según fuentes del sector, el préstamo del edificio ha acabado en manos de la Sociedad de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb).

El llamado banco malo se quedó con el préstamo que ostentaban Bankia y Banco de Valencia, según explicaron estas fuentes. El edificio no es todavía de su propiedad, pero fuentes del sector dan por hecho que acabará en su cartera, puesto que es la garantía del préstamo al promotor. La razón es que el edificio es propiedad de Andybal Patrimonial, una sociedad formada en un 80% por la inmobiliaria valenciana Ballester, en concurso de acreedores, mientras que el 20% restante está en manos de Grupo Monteverde, que según el Registro Mercantil se halla en fase de liquidación. Este diario trató de hablar, sin éxito, con la empresa.

El edificio llegó a generar plusvalías de 21 millones de euros en seis meses

En apenas una década, el edificio ha tenido cinco propietarios. Banesto lo vendió en noviembre de 2003 al empresario Antonio Marín, que lo compró para reconvertir la antigua sede bancaria en un hotel con espacio comercial. Incluso se proyectó una discoteca en la cámara que albergaba la caja fuerte. Sin embargo, la empresa Grupo J. G., que se hizo con el edificio en agosto de 2005 por 89 millones, proyectó en ese edificio 70 viviendas de lujo aprovechando que el paseo de Gràcia se estaba transformando en una avenida residencial de alta categoría. Entre 2002 y 2005, hasta 44 edificios de la avenida y sus inmediaciones dejaron de ser oficinas y pasaron a ser viviendas.

Solo seis meses después, el inmueble se encarecía en 21 millones de euros: en febrero de 2006 el grupo madrileño Monteverde desembarcaba en Barcelona gastándose 110 millones. A finales de ese año, no obstante, la promotora empezó a negociar la incorporación de ese edificio en una sociedad conjunto junto a la inmobiliaria del empresario valenciano Andrés Ballester.

Lo que siguió a todas esas operaciones fue la crisis inmobiliaria, lo que contribuyó a que el proyecto quedara en punto muerto. En septiembre de 2010, un grupo de activistas a favor de la huelga general del 29 de ese mes ocuparon el inmueble al verlo como símbolo financiero e inmobiliario. Tras el paro general, los activistas fueron desalojados. El inmueble fue levantado entre 1941 y 1942 por el arquitecto Eusebi Bona i Puig, pero ese solar es también emblemático porque antes que el edificio del Banco Español de Crédito se levantó allí el hotel Colón de Barcelona, que durante la Guerra Civil fue la sede del PSUC.

Hoy el inmueble es conocido porque Apple instaló en los bajos una de sus tiendas más grandes del mundo. En octubre del año pasado, Amancio Ortega —fundador de Inditex y el hombre más rico de España— puso una pica más en el paseo de Gràcia, donde ya ostenta varios edificios, y se hizo con el local de 2.500 metros cuadrados por 80 millones de euros a través de su sociedad patrimonial Pontegadea.

La parte residencial del edificio, sin embargo, está a punto de pasar a manos semipúblicas. Fuentes del mercado explican que de momento el inmueble sigue siendo propiedad de Andybal, pero todo apunta a que pronto pasará a manos del Sareb. De hecho, otras fuentes explican que el banco malo ha tanteado ya al mercado y ha expresado sus intenciones que organizar un concurso para la venta del edificio. Algo parecido ocurre, dicen estas fuentes, con la antigua sede de Telefónica de la avenida de Roma, otro de los colosos que durante el boom inversores e inmobiliarias se disputaban y cuyo crédito también ostenta hoy el Sareb.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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