El claqué ya no viste frac

“¿Bailas claqué? ¡Como Fred Astaire!” Es la típica frase. La imagen de una de las estrellas más brillantes del Hollywood dorado está grabada a fuego en la retina del público: sombrero de copa, chaqueta negra y pelo repeinado. Pero el claqué ya no es Fred Astaire. O no solo él. “De eso hace más de 80 años y el claqué ha evolucionado desde entonces”, explica Basilio González, que lleva quince años bailando y enseñado este estilo y organiza el festival internacional Tap on Barcelona:  “Ya no nos ponemos frac”.

Explicar y acercar al gran público el otro rostro de esta danza, que ha ido incorporando nuevos ritmos como el jazz y el hip hop, es una de las intenciones de este encuentro de claqué, que celebra esta semana su quinta edición.

Este año ofrece clases gratuitas de iniciación en el espacio alquilado de Casa Luthier. Una oportunidad para aquellos que quieran asomarse por primera vez a este género que no consigue calar en el gran público como lo ha hecho la jiga irlandesa a través de espectáculos como Lord of the Dance de Michael Flatley, pero que discretamente se va extendiendo: “hay claqué en todas las escuelas de baile, siempre encuentras a alguien que lo ha practicado” cuenta González, que también explica que se celebran encuentros periódicos, pero que faltan grandes compañías internacionales.

Estos encuentros permiten compartir experiencias entre bailarines y conocer los rostros internacionales que protagonizan el claqué moderno, alejado de aquellas coreografías en blanco y negro. Nombres como los jóvenes Lee Howart y Nico Rubio, que han participado desde hace nueve años en batallas de claqué o cutting contest, donde los bailarines se enfrentan armados sólo con su técnica y su capacidad de improvisación. “Tienen una técnica impresionante y la energía de sus 22 y 23 años de edad”. Con ellos también estarán otros nueve artistas: Michela Marino, Andrew Nemr, Guillem Alonso, Ludovico Hombravella, Roser Font, Rubén Sánchez, Lucas Tadeo, Iván Bouchain y Ksenia Parkhastskaya.

Las batallas son otro de los elementos de esta danza, que es casi una subcultura, y es otro de los espectáculos que el Tap on ofrece, junto con las sesiones de improvisación o tap jam, los coloquios y las clases magistrales. El encuentro termina este domingo con una fiesta.