Verdi y la emoción

Nos tiene el Real a dieta con Verdi, no se sabe muy bien por qué. La excepción de este año del bicentenario del nacimiento del compositor es precisamente esta Messa da Requiem dirigida por Currentzis con un elenco de voces formado por Lianna Haroutounian, Violeta Urmana, Jorge de Leon e Ildebrando D´Arcangelo. La fuerza teatral y humana del compositor late a cada compás del Requiem.Hay sentimiento, hay ópera, hay vida en todo momento. Para la orquesta y coro titulares del Real la interpretación de esta obra es una prueba de fuego, nunca mejor dicho. Hay que tocar, cantar con las tripas. Los dos conjuntos estables del Real han mejorado mucho a lo largo de los dos últimos años. Pero Verdi es mucho Verdi.

Teodor Currentzis opta por una dirección de grandes contrastes, apasionada a la par que teatral. Contagia su entusiasmo y consigue crear un clima efusivo. Es lo que le va a Verdi. El coro matiza más que de costumbre y la orquesta aguanta el reto con solvencia. Hacen juntos una buena lectura. Bien. Están por encima del 6,5. Muy por encima. Pueden sentirse satisfechos del rendimiento del curso. Pero aún tienen que mejorar más, bastante más.

Los cantantes son correctos. La realización global es irregular con momentos excelsos. El público se siente satisfecho. Aplaude con ganas. La emoción verdiana ha vuelto a aparecer en Madrid. Es curioso: en un plazo de 48 horas se han podido escuchar en Madrid dos Requiemen las antípodas, el de Fauré y el de Verdi. El primero en clave intimista, el segundo profundamente emotivo y teatral. Es lo que tiene la música. Sus posibilidades no se agotan nunca. Mañana se repite la Messa da Requiem, de Verdi en el Real. Ustedes verán. Yo creo que compensa escucharlo.