El comercio une a la oposición

El anuncio del cierre de Loewe la pasada semana ha sido la última gota en colmar el vaso del comercio bilbaíno. La problemática del cierre constante de tiendas en la capital es uno de los pocos puntos en los que confluyen las tres sensibilidades políticas de la oposición. Se le achaca al gobierno de Azkuna desamparo y respuesta tardía. Denuncian que el comercio lleva en coma irreversible desde hace meses y que “no se ha hecho nada para arreglarlo”, como cuenta el portavoz socialista Alfonso Gil.

 Las palabras más duras parten de la coalición Bildu, que en voz de su representante, Aitziber Ibaibarriaga, se pregunta: “¿Quién fue un domingo a comprar calzoncillos a For? ¿Quién ha tenido que cerrar? Esa misma tienda en la que Azkuna compró un festivo. Se ha demostrado que esa no es la solución y que no se puede ignorar la opinión mayoritaria”.

Tanto ellos como PSE y PP piden medidas para ayudar al comercio, pulmón de la villa e impulsor de la “reactivación económica”, según cuenta Gil. “La ciudad languidece y hay problemas como éste que el gobierno no termina de resolver a pesar de que una parte importante de los vecinos de la ciudad se dediquen a ello”, comenta la popular Cristina Ruiz, que a pesar de las críticas, mantiene un discurso más relajado que socialistas y abertzales. Incluso hay quien, a pesar de dirigir las críticas al equipo de gobierno hace también cierta autocrítica. “Estos días se están cerrando grandes tiendas, pero el comercio en los barrios lleva pidiendo oxígeno hace mucho. No hemos estado a la altura de las circunstancias, y eso que en su día el gobierno se comprometió a hablar con los rentistas. Seguimos sin saber nada desde entonces”, zanja el portavoz del PSE.