El Nasti se queda sin vidas

El Nasti cierra. El próximo 27 de julio, el local de música indie situado en el 33 de la Calle de San Vicente Ferrer, en Malasaña, dejará de acoger los conciertos y las sesiones de djs organizadas por el grupo Nasti: Pablo Soler (uno de los cuatro socios fundadores del Primavera Sound), Chema García y Carla García. Echará el cierre trece años después de que abriera las puertas cogiendo el turno que soltaba la mítica Sala Maravillas (que abrieron Miguel y José Morán, fundadores también del Festival Internacional de Benicàssim).

Chema García, uno de sus gerentes, explica los motivos del cierre: "Desde 2007, cuando por unos malentendidos el Ayuntamiento nos obligó a cerrar a las tres de la mañana en lugar de a las seis, nos provocó una serie de deudas que se han ido manteniendo. Pero desde el año pasado, con la subida del IVA, la gente ha preferido quedarse en casa y gastar menos en copas. Y hasta aquí hemos llegado". Carla García abunda en los motivos del cierre: "Simplemente ha subido todo. Y cuando nos redujeron el aforo de 200 personas a 110 sufrimos mucho. Tenemos que hacer encajes de bolillo. Y además, fuera están las latas de los chinos que hasta yo he tomado. No nos salen las cuentas. Y pierdes la ilusión".

El Nasti, que será rebautizado, pasará a ser de un grupo de "chicas que tienen locales en Chueca". Y eso es todo lo que avanzan de momento. "No tengo ni idea de qué estilo van a llevar", dice Chema. "Nosotros seguiremos haciendo cosas relacionadas con la música pero no con la gestión de locales", aporta Carla García. Para su despedida, el Nasti va a preparar tres conciertos. Los días 13, 20 y 27 de julio una selección de bandas españolas que más han significado para el Nasti tocarán a modo de despedida.

En Facebook han explicado su punto y final con estas palabras: "Se ha especulado mucho sobre el tema pero la verdad es que esto se acaba amigos, cerramos el próximo 27 de julio, trece años dándolo todo. Cambios de aforo, ley antitabaco, dos policías, subida de impuestos… Jugar a vivir en Madrid cada vezes más difícil, las pantallas que tenemos que pasar para seguir adelante cada vez son más complicadas - hay muchos malos- y al final nos hemos quedado sin vidas. Y no tenemos monedas para más partidas. Nos lo hemos pasado muy bien y lo que hemos hecho ha sido con la mejor intención pero ya toca pasar a otra cosa. Los tiempos cambian y nosotros también. Mil millones de gracias a todos, de corazón. Hasta siempre".