“Quiero estudiar odontología, pero me preocupa el trabajo. Tendré que ir fuera”
Vargas Llosa y Antonio Marina, en el primer examen de selectividad La prueba empieza hoy y acaba el jueves
Los inevitables nervios previos al inicio de los exámenes han ido desapareciendo durante la mañana, a medida que los alumnos iban rellenando pruebas. Preocupaciones presentes que dejarán paso a las preocupaciones futuras de los futuros universitarios que desde hoy y hasta el jueves se someten a los exámenes de Selectividad. Poder acceder a la titulación deseada, los precios de las matrículas, la dificultad de las carreras… pero también la incerteza por lo que les espera de aquí a un lustro. “Quiero estudiar odontología. Por nota llego, pero me preocupa las salidas laborales. A lo mejor me tendré que ir fuera”, reflexionaba Isabel Carreño, estudiante del colegio La Salle de Barcelona.
La primera de las tres jornadas de Selectividad ha arrancado sin incidentes a las nueve de la mañana con el examen de lengua castellana. Un fragmento de ‘Los jefes’ de Mario Vargas Llosa y el artículo titulado ‘Motivar’ de José Antonio Marina publicado en el diario La Vanguardia en 2011 eran las dos opciones de texto entre las cuales los alumnos debían escoger y responder preguntas sobre ellos. Los estudiantes también han afrontado cuestiones sobre las lecturas obligatorias del curso, entre ellas las de varios poetas españoles o ‘Nada’ de Carmen Laforet.
En la prueba de lengua catalana, los alumnos podían escoger entre sendos fragmentos de la obra 'La felicitat' de Lluís-Anton Baulenas y de 'Ciència i Poesia' de Jordi Pàmias. En la parte de lecturas obligatorias los alumnos se han encontrado con varias preguntas tipo test sobre el clásico de Miquel Llor ‘Laura a la ciutat dels sants’. La jornada de este martes ha continuado con los exámenes de materias de modalidad, como diseño, matemáticas aplicadas a las ciencias sociales, ciencias de la tierra o dibujo técnico.
Muchos alumnos han valorado
Muchos de los alumnos consultados coincidían a valorar más asequible la prueba de catalán. “Era mucho más sencillo y entendías todo en seguida”, comentaba Carlos Esparducer, del colegio La Salle, que quiere estudiar ingeniería industrial. Muy cerca de él, sentadas en las escaleras de la facultad de Biología de la Universidad de Barcelona, Maria Ramon, que desea estudiar Periodismo, comentaba los resultados con su compañera Rocío Posse, ambas estudiantes del colegio Montserrat de Barcelona. Las dos jóvenes también han coincidido en la facilidad del examen de catalán. “Incluso era más fácil que los exámenes que hemos hecho en clase durante el curso”, apuntaba Rocío, que aspira a cursar ingeniería de caminos.
Más crítico con el nivel de las pruebas se mostraba Oriol Febrer, que quiere estudiar filología clásica. "Los exámenes siguen la línea del sistema educativo. No tiene como finalidad formar a personas libres sino a técnicos de un sistema", se quejaba el alumno, en referencia a que muchos de los ejercicios eran tipo test.
Algunos profesores han lamentado la decisión de la Generalitat de no entregarles una copia del examen justo después de la prueba, como se había hecho hasta ahora. Con este cambio, los docentes no pueden comentar con sus alumnos los resultados ni decirles con detalle las respuestas correctas. “Sufres y quieres ver el examen para comentarlos con ellos, pero bueno, al final de cada prueba los alumnos pagan con la cara y ves si salen contentos o no”, comentaba Pedro Aznar, profesor de matemáticas del OakHouse de Barcelona, mientras daba las últimas recomendaciones a sus pupilos 20 minutos antes de entrar a la temida prueba de matemáticas.
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